¿Puedes imaginarte a la sociedad moderna sin Netflix, Spotify, Youtube, teléfonos móviles, videojuegos o redes sociales? Si puedes hacerlo te preguntarás de qué forma saciar el ocio. En la Antigua Roma el entretenimiento tenía que ver con juegos de madera, tales como las damas, el ajedrez, el backgamon, el tic-tac-toe, las canicas… ¿Los conoces? En este artículo hacemos un homenaje a algunos de los juegos con más historia.
¿Cómo era el juego sin la electrónica?
Tal cual cuenta el blog de Francisco Javier Tostado, realmente los juegos en la época romana no eran tan diferentes a aquellos que conocemos en la actualidad. De hecho, se dice que la clásica ruleta de casino se vio por primera vez entre los legionarios romanos quienes utilizaban las ruedas de los carros marcados con números. También en Roma eran frecuentes las apuestas -se cuenta que el emperador Augusto perdió 20.000 sestercios en una sola noche-, y, claro esta, apuestas y juegos de azar son los ingredientes necesarios para el cultivo de la ludopatía. Además, como algunas deudas se saldaban incluso perdiendo la libertad del deudor, se dictaron las leyes aleariae (Lex Cornelia, Lex Publicia y Lex Titia) que prohibían las apuestas en los juegos de azar. Estas normas declaraban legales las apuestas en juegos o competiciones donde el resultado dependía de la habilidad, fortaleza o valor de los participantes (las carreras en el circo o las luchas en el anfiteatro, por ejemplo) y declaraba ilegales las que dependían únicamente del azar, aunque muchos de los apostantes en los dados se encomendasen a los dioses. Pero la ruleta no es el único juego histórico, tal cual informa Betway Casino, existe la teoría de que el blackjack fue visto entre los romanos quienes disfrutaban del juego con una especie de bloques de madera con valores numéricos. El columpio, el cara o cruz o el escondite, formaban parte de su día a día. Otros desaparecieron o, simplemente, evolucionaron. Esos son algunos de ellos…
Las tabas
Las tabas o talus eran huesos de oveja, cabra o patas de cordero que eran utilizadas en grupos de tres a cuatro, de forma muy similar al juego de dados, utilizando cubiletes para evitar trampas. Debían ser de seis caras, de las cuales sólo contaban aquellas que eran iguales. Pese a que se utilizaban huesos de animal, las familias que podían permitírselo compraban piezas de marfil o cristal. Durante el juego la mejor tirada se consideraba la venus y la peor cara era la canis. Este juego era muy popular en las zonas rurales y los españoles, siglos más tarde, lo introdujeron en el continente americano.
Las canicas
Este juego (por entonces llamado ocellates), hecho con piedras redondas de barro cocido, fue el más popular. Aparte de aquellas preparadas con barro, también se han encontrado versiones de canicas fabricadas con vidrio transparente cuyo origen proviene del sílice y las cenizas.
El ephedrismo
Este juego consistía en darle golpes a un objeto en el suelo de tal forma que aquel que perdiese se veía en la obligación de cargar sobre sus hombros con aquel que ganaba, y llevarlo de tal guisa con los ojos tapados hasta la meta.
La mosca de bronce
Se le vendan los ojos a un niño y grita: “yo cazaré a la mosca de bronce”. Los otros responden: “Tú la cazarás pero no la atraparás”, y el resto corren, imitando el zumbar de las moscas, evitando ser pillados. Sería una versión de la «gallinita ciega».
Micare (morra)
La morra era un juego de manos que consistía, y consiste, en acertar el número de dedos sacados entre dos jugadores. En Roma, la morra se llamaba micatio , del verbo micare (micare digites, «extender el dedo en el juego»)
Juegos fabricados con guijarros
Pese a que normalmente se fabricaban juegos con madera, los guijarros también fueron utilizados para el ocio en juegos como el latrunculi (similar al ajedrez o damas) o el ludus duodecim litterarum (tablero donde se jugaba a un juego parecido al tres en raya).
Finalmente, cabe destacar situaciones que continuamos imitando en nuestros días pero con la tecnología. Por ejemplo los recién nacidos se entretenían con campanillas con forma de animal mientras que actualmente encontramos campanillas con luces y música. También estaban los juegos de muñecas y a las cocinitas fabricadas con madera tallada. Por tanto, realmente no hemos cambiado tanto, simplemente nos hemos adaptado. Y tú, ¿cómo crees que continuarán evolucionando los juegos de siempre en el futuro?
Hola, Javier.
Fascinante como siempre, como fascinante resulta perderse en esta dimensión de la historia que nos trae de forma tan amena y educativa. Mi niñez fue mucho antes de la era electrónica y acabo de descubrir, gracias a ti, que lo juegos nuestros no eran diferentes para nada a los de los antiguos niños romanos. Agrego que la pandilla nos dividíamos en dos bandos y nos atacábamos con lo teníamos a mano, terrones, pedazos de ladrillos, piedras, palos. Eso no está incluido en la narración pero seguramente lo harían, replicando las peleas entre ejércitos. Lo que ahora juegan pero en videos, alejados de la realidad. También teníamos otros juegos como los trompos de madera con punta de metal, también ancestral, impulsados por una cuerda. O la entrañable payana, el que se juega con 5 piedritas tirándolas al aire y recogiéndolas en le dorso de la mano y después haciendo malabares después para tirar una piedra al aire y en el tiempo del ascenso y la caída, pasar las otras piedras por un arco de la mano izquierda hecho con el pulgar y el índice de la mano izquierda. Recién ahora, en mis sesenta, me percato que esos juegos infantiles tenían el propósito de prepararnos para la vida practicando agilidad, destreza, estrategia, negociación, desarrollo de la motricidad fina.
Saludos desde Uruguay
Luis
[…] romanos, conocidos por su amor por los espectáculos y las apuestas, popularizaron los juegos de dados y las apuestas en combates de gladiadores. Aunque a menudo prohibidos oficialmente, estos juegos se realizaban en secreto, y personajes como […]