Acusaciones, reparaciones, perdones, colgar el sambenito… son términos que se repiten cuando se juzga la historia. Es fácil hacerlo cuando hablamos de historia reciente, en la que incluso algunos de los protagonistas siguen vivos, pero es que nos atrevemos a juzgar cualquier hecho pasado independientemente del tiempo transcurrido. Para bien o para mal, la historia es la que es. Haríamos bien en pararnos un segundo y pensar en la máxima del escritor y dramaturgo Enrique Jardiel Poncela cuando escribió «Historia es, desde luego exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió» y, sobre todo, atender las recomendaciones del alemán Paul H. Koch, escritor y doctor en Humanidades, Historia y Ciencias Sociales, referente a los tres errores que debemos evitar cuando tratamos con la Historia:
Dar por sentadas y establecer como verdades absolutas las cosas tal y como nos las han contado o enseñado. Hay que mantener una postura abierta a nuevas interpretaciones o hallazgos que puedan poner en duda, o incluso cambiar, la Historia.
Intentar comprender o interpretar los hechos y personajes históricos desde el punto de vista actual.
Juzgar los comportamientos en función de los valores modernos.
Don Javier, por mi parte queda perdonado (es un chiste, no tengo nada que perdonar, pero sí mucho que agradecerle)
Pues agradecido quedo
Se agradece tu humildad. Lo importante es la intención si es objetivamente verdadera es plausible y nos instruye pero lo contrario si es falsa o poco instruida.
Amén.
Hola, Javier.
No hay nada que perdonar.
Precisamente, cuando leía ayer o anteayer un artículo de Historia de otro blog me di cuenta del error de interpretar hechos pasados (sobre todo, de hace siglos) con las ideas y los valores del hombre actual. Y me percaté de que a menudo cometo ese error y el de dar por verdades absolutas muchas cosas simplemente porque proceden de fuentes fiables o que a mí me lo parecen.
Tiene toda la razón el doctor Koch. Me pregunto si todos los profesores de Historia de cualquier parte del mundo o al menos la mayoría les explican a sus alumnos esos tres fallos tan habituales y tan importantes.
Un saludo «histórico» desde Oviedo y gracias por tu estupendo blog.
Solamente enviar mi animo, e indicarle que le sigo con asiduidad.
Felicitaciones y un cordial saludo
Su cabeza brilla tanto por fuera, como por dentro. Le saludo y le admiro.
Y no tengo ni un pelo de tonto… ni de listo.
Muchas gracias
Caro Javier:
en mi humilde opinión este artículo sobra. Si he leído, y lo hago mucho, análisis sobre sucesos y acciones que sucedieron hace pocos años, siglos o milenios, alcanzado un nivel de excelencia en la narración y objetividad en presentarlos pues este es el sitio. A veces comparas con la actualidad pero sin juzgarlos con nuestro contexto cultural, moral y legal.
Eso me fascina. Un ejemplo excelente, muchas veces, del análisis de la microhistoria como lo planteas.
Mira, como sabes participo en un espacio en un programa de radio hablando, con total desparpajo, también de historia. Recibimos muchos mensajes negativos, algunos positivos también, acusándonos de hacer apología del delito, de la pobreza, de la tortura, del nepotismo, de la tiranía, de las pestes, del malthusianismo y todos los ismos que se te ocurran. Mi respuesta es siempre la misma: no debemos juzgar hechos del pasado con la carga cultural y emocional de nuestro contexto actual. No sabía que estaba citando a Koch, tan importante pensador como el que citaste en el artículo.
Abrazo
Luis
Entendido Luis…
Un abrazo
De dos al menos de esos errores adolecen casi todas las series y películas históricas hoy en día. Ojalá leyeran estas líneas antes de crear otro nuevo guión para la Caja Entontecedora de masas. Y así nos va.
Gracias por recordarnos estas palabras.
Pues me va a perdonar, pero a mi ya me cansa lo de «no hay que juzgar los comportamientos en función de los valores modernos». ¿Quieren decir que hay que juzgar los comportamientos de los personajes históricos con los valores de su moneto o no hay que juzgarlos en absoluto?. Porque si es lo primero habría que ver si en su momento histórico estaban bien vistas las barbaridades que se cometieron, a lo mejor en su momento estas barbaridades estaban peor vistas que en la actualidad y estaban más castigadas que ahora.
Me rectifico a mi mismo: Ayer ví la portada de una revista de historia donde trataba a los emperadores romanos de «populistas» y si Voltaire era «progre». No se pueden tratar temas de hace siglos con categorías del siglo XX.
Excelente artículo,gracias por afrecer acertadas pautas para el análisis de sucesos históricos, no las apartaré de mis reflexiones.