Frente a los que creían que las especies eran creaciones inmutables y que habían sido creadas separadamente, Charles Darwin publicó en 1859 su obra El origen de las especies por medio de la selección natural, donde exponía su teoría de la evolución mediante la selección natural y la adaptación al medio. Lógicamente, esta evolución no es algo espontáneo y necesita de mucho tiempo.
Y nuestro propio cuerpo es un ejemplo de restos de esa evolución que otrora tenían alguna utilidad o función pero que ahora mismo no la tienen, llegando incluso a molestar. Si alguno de vosotros vive mil años, por poner una cifra, igual comprueba que estos vestigios han desaparecido de nuestra anatomía. Algunos ejemplos:
- El apéndice servía para digerir la celulosa cuando nos alimentábamos fundamentalmente de proteínas vegetales. Ahora, solo sirve para provocar apendicitis.
- El dedo pequeño del pie tampoco es útil, ya que para mantener el equilibrio necesitamos únicamente los otros cuatro. El único indispensable es el dedo gordo. El dedo pequeño solo sirve para que nos lo rompamos al darnos un golpe con la pata de una mesa o una silla.
- El prepucio es la piel que recubre el glande y en otros tiempos permitía tener húmeda esa zona del pene, facilitando así la rápida penetración sin entrar en demasiados preámbulos. También lo protegía de las hierbas que podían rozar al hombre al caminar desnudo. Ahora solo sirve para sufrir alguna infección.
- Los pezones en el hombre. Durante las primeras semanas el embrión en desarrollo sigue un «anteproyecto femenino» y para los cromosómicamente varones (XY), pasados 60 días de la fecundación, se cambia la actividad genérica de las células. Para entonces, las papilas mamarias ya no se moverán de allí. Aunque los hombres nunca hemos amamantado a los hijos, probablemente la selección natural no los eliminó al no suponer un problema. Ahora se pueden adornar con piercings… y poco más.
- Las muelas del juicio tenían su sentido hace miles de años al tener que comer productos como huesos y carne cruda. Estos terceros molares eran necesarios para triturarlos, algo que ahora ya no es necesario. De hecho, en la actualidad sólo el 5% de la población cuenta con estas muelas, que sólo sirven para sufrir un intenso dolor.
- El coxis es el hueso de la punta inferior de la columna vertebral, vestigio de la cola que los embriones humanos poseen hasta la octava semana y que nuestros antepasados utilizaban para desplazarse por los árboles. Ahora, más vale que no te lo fractures al caerte de culo.
- Los músculos erectores del pelo se utilizaban para erizarlo y así aparentar más volumen. También para aumentar la protección del cuerpo frente a las inclemencias del tiempo. Ahora no sirven para nada, e incluso muchas personas nacen sin ellos.
- El músculo palmar recorre el codo hasta la muñeca y pudo tener su función para ayudar a colgarse y trepar por los árboles. Está ausente en el 11% de la población y sirve, algo es algo, para cirugía reconstructiva…
Y aún hay más. Conocéis más vestigios de nuestro cuerpo… que no sirven para nada.
Excelente en sentido general siempre y cuando no intenten dar un toque humorístico que no aporta nada a un texto q en el caso de la evolución de las especies resultó muy atractivo.
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Pues, fíjate, a mí me encanta el toque humorístico. Me parece que lo hace más ameno y que no desmerece para nada el texto. Para gustos los colores.
La plica semilunaris. Un vestigio de cuando teníamos tres párpados.
[…] Vestigios en nuestro cuerpo de la evolución de las especies… que no sirven para nada […]
Respetuosamente discrepo:
En lo referente a la apéndice: a día de hoy no es frecuente tener diarreas, pero hasta hace casi 100 años y de ahí hacia atrás, sufrir diarreas por un u otro motivo era frecuente. Necesitamos agua para vivir y no siempre se tenía acceso a agua limpia, por ej. La diarrea es un sistema de protección que consiste en evacuar los intestinos, que son un tubo.
Ante la recurrencia de las diarreas y sus respectivas evacuaciones, el apéndice servía como reserva de flora bacteriana, como un backup, para de ahí restaurar la capacidad de digerir alimentos.
La existencia de las partes que nos componen viene marcada por la vida y la muerte: viven más o viven mejor los que tienen unas determinadas características y peor o perecen los que no. En este sentido carecer de apéndice, ante episodios recurrentes de diarreas, no creo que salga gratis con lo que su presencia es necesaria.
En lo referente al coxis: ante un impacto debido a un salto, una caída o un golpe en la cabeza, la fuerza del impacto se transmite por el cuerpo a través de los huesos, rígidos. Si bien podríamos considerar que la dureza o rigidez de la calavera es un vestigio innecesario porque ya no recibimos tantos impactos en la cabeza, mecánicamente protege el cerebro disipando la fuerza como una bóveda y enviándola hacia la columna. Del mismo modo, el coxis tendría la función de recibir parte de la energía de ese impacto (por ej. en la cabeza y bajando por la columna) y disparlo. Un ejemplo de cómo funcionaría son las lágrimas del príncipe rupert, cuya cabeza de vidrio es capaz de resistir incluso el impacto de una bala y cuyo punto flaco está precisamente en la cola: https://www.youtube.com/watch?v=24q80ReMyq0
Pero estas son solo mis opiniones y no tengo evidencias contrastadas de su veracidad.
Acerca del apéndice: http://ireneu.blogspot.de/2014/12/el-no-tan-inutil-apendice-humano.html?m=0
Acerca del prepucio: http://www.catie.ca/en/fact-sheets/prevention/penile-circumcision-reduce-risk-hiv-infection
Aunque a favor del prepucio hay que decir que evidentemente tiene una función que sigue haciendo y es proteger el pene de roces, preservando su sensibilidad (habla con gente circuncidada completamente y gente que no lo está, verás lo que te dicen).
¿Qué pasa con los que nos quedamos calvos? ¿Por qué perdemos el pelo de la cabeza?
Uff de ese mal padecemos muchos…
[…] […]
Yo sé que hay muchas personas que tienen una manchita café en donde están las costillas, y eso porque como mamíferos antes no eran dos pezones sino varios, pero con la evolución lo único que quedó fue la mancha.
Saludos Javier, me encantan tus pubicaciones.
Muchas gracias Claudia.
El cerebro tampoco se necesita. Aunque antiguamente entre los grandes pueblos se usaba.
Mr. Nabo: muy bueno tu comentario!!!Ja, ja.