Dice el refrán que «perro ladrador poco mordedor» pero esta debe ser la excepción que confirma la regla.
Cuando Albert Sever fue nombrado gobernador de Galitzia (Polonia) en 1920 trató de expulsar a los judíos que allí habían emigrado. Promulgó un ley de residencia para los judíos que sólo se concedía a los ricos. Uno de los judíos que no pudo conseguir el permiso de residencia, por no disponer de dinero para «comprarla», decidió luchar contra aquella injusticia y busco un despacho de abogados para que le llevasen el caso. Con todos los despachos que habría se dirigió a uno cuyo titular era conocido por su manifiesto antisemitismo.
Cuando el judio entró en el despacho, el abogado se quedó perplejo y le preguntó:
¿No sabe usted quién soy?
A lo que el judío respondió:
Un brillante abogado y mejor persona.
El abogado, descolocado por la respuesta, gritó:
Odio a los judíos y todos conocen mis discursos antisemitas.
Como dice el refrán:
Perro ladrador poco mordedor
Los ojos del abogado se llenaron de ira… saltó de la silla y le pegó un mordisco al pobre judío.
Fuente: El pueblo judío y sus anécdotas – Jaim Bloch
Foto: foroelsalvador
¡Ala! que fuerte, eso del morder el cuello, normalmente en los enfados da por coger del cuello, de ahí a las dentelladas…
Abrazo
Si lo que no le pase a los judíos…….
Moraleja: no hay que hacer demasiado caso de los refranes. Por si acaso.
El refranero popular es muy sabio… pero no perfecto.
Aparte del refranero, ya le vale al judío, que moral!!!!
saludos.
Quizás pensó que, si convencía a ese abogado, igual podía hasta ganar el caso. Por aquello de creer en imposibles.
En cualquier caso, curiosa elección, y curiosa reacción la del abogado.
Besitos.
Valiente perro el tio éste. Qué asco .
Al menos el judío se cachondeó un poquito del idiota éste ¿no? aunque caro le costó, vamos ni el Conde Drácula.
Ese mordisco es la excepción que confirma la regla. ¡Muy divertida la anécdota! ^_^