Nuestro hombre elefante nada tiene que ver con Joseph Merich, el joven que se hizo famoso debido a las terribles malformaciones provocadas por el síndrome de Proteus, sino con Gyles Mackrell, el salvador de más de 200 refugiados birmanos tras la invasión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. La prensa británica de la época lo llamó The Elephant Man (el Hombre Elefante).

Gyles Mackrell

En enero de 1942 Japón lanzó una ofensiva sobre Birmania y en apenas dos meses los británicos se vieron obligados a evacuar Ragún, la capital. Los Aliados en ningún momento pudieron hacer frente al empuje de las tropas japonesas y no quedó más remedio que abandonar el país. La retirada hacia la frontera de la India fue caótica: decenas de miles de refugiados colapsaron los caminos con lo poco que podían llevar, enfermos y heridos quedaban rezagados, otros lo intentaban atravesando la selva… y algunos quedaron atrapados cuando las lluvias del monzón desbordaron el río Dapha en la frontera con la India. Algunos refugiados que consiguieron atravesar la frontera pedían ayuda a todo el mundo para que ayudasen a los que habían quedado atrapados. Nadie parecía hacer caso a aquellas súplicas, hasta que llegó a oídos de Gyles Mackrell, el capataz de una plantación de té en Assam (India). Sin perder tiempo, organizó un grupo de rescate con 20 elefantes y sus mahouts y atravesaron la frontera.

Elefantes rescatan birmanos

Fueron recorriendo el curso del río y con los elefantes ayudaban a vadear el Dapha a los refugiados para ponerse a salvo. Todo se complicó cuando llegaron hasta un islote en el centro del río donde 68 soldados birmanos llevaban una semana atrapados y sin comida. La zona era muy profunda y la corriente bajaba con mucha fuerza, aun así lo intentaron varias veces pero ni siquiera los elefantes podían llegar hasta el islote. De los gritos y vítores de alegría de los soldados se pasó a la desesperación al ver que no podían rescatarlos, pero Mackrell no iba a dejarlos allí tirados. Montaron un campamento en la orilla y estuvieron controlando la fuerza del río y el nivel del agua. De madrugada tuvieron una oportunidad, el nivel del agua bajó y decidieron comenzar el rescate. Después de varias horas luchando contra la fuerte corriente y todo lo que arrastraba, consiguieron sacar a todos los soldados de la isla. Desde la seguridad de la orilla, pudieron comprobar al cabo de unas horas cómo el río se tragaba el islote.

Mackrell y sus elefantes consiguieron salvar a más de 200 birmanos que de otra forma habrían caído en manos de los japoneses o habrían muerto de hambre o arrastrados por el Dapha.

Fuentes: ¡Fuego a discreción!, BBC