Aunque parezca una obviedad vamos a explicarlo.

Johann Peter Gustav Lejeune Dirichlet, fue un eminente matemático alemán del siglo XIX que aunque llego a escribir algún libro (puede que también tuviera un «negro») dejó muy claro que lo suyo eran los números. Su fobia a las cartas, telegramas y demás escritos era tal que llegado el momento de comunicar a su suegro que habí­a sido abuelo le envió la siguiente nota:

2 + 1 =3

La duda que me queda es si el suegro con esta misiva se enteró de la noticia o hizo falta alguna aclaración posterior. Vamos, que este buen hombre desbordaba pasión y alegrí­a.

Fuente: El Club de la Hipotenusa – Claudi Alsina.

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