Los que hayáis visto la película Gladiator (2000), dirigida por Ridley Scott, recordaréis lo malo que era el emperador Cómodo (Joaquin Phoenix) y las perrerías que le hizo a nuestro querido Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe). Hay un momento en la película que me parece brutal: cuando Cómodo desciende a la arena para conocer al gladiador enmascarado, Russell Crowe se quita el yelmo y le dice:

Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los Ejércitos del Norte, general de las Legiones Fénix, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio [padre de Cómodo], padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra.

La película tiene pinceladas históricas, nada más, y una de esas pinceladas de la película que coincide con la realidad es pintar a Cómodo como paranoico y despiadado… pero hasta este tipo de individuos tienen su corazoncito.

Igual que en la película, aunque con otro guión, Cómodo tuvo que hacer frente a una conspiración para matarlo urdida por su propia hermana Lucilla. No tuvieron éxito y el emperador se tomó su cumplida venganza. Uno de los conspiradores de segundo orden logró salvar su vida, pero no sus posesiones. Todos sus bienes, incluidos los esclavos, pasaron a manos del Emperador. Entre este grupo de esclavos estaba Marcia, una joven muy bella que dejó el servicio para pasar directamente a la cama de Cómodo. Marcia había sido una niña abandonada que recogió en la calle el presbítero Jacinto y que, lógicamente, educó en la fe cristina. No se sabe ni cómo ni por qué pero el caso es que pasó a servir como esclava en la casa del conspirador. Desde que Marcia llegó a la vida del Emperador, trató de favorecer en todo lo que pudo a los cristianos que en aquel momento, y dependiendo de la voluntad de cada uno de los emperadores, eran perseguidos en mayor o menor medida. Como pudo y a escondidas, logró reunirse con el papa Víctor I y le pidió que confeccionase una lista con los cristianos de Roma condenados a trabajos forzados en las minas de Cerdeña. Con la lista en la mano se marchó y, después de una noche de placer, consiguió el perdón de todos. Aquel día, Cómodo mostró que tenía corazón… o que era imposible negarle nada a Marcia. Uno de los condenados que fueron liberados fue el futuro papa Calixto I.

El 31 de diciembre de 192 el emperador Cómodo moría estrangulado a manos del liberto Narcisco, después de que el veneno suministrado por Marcia no surtiera efecto. La nueva conspiración había alcanzado su objetivo y al día siguiente de su muerte el Senado declaró a Cómodo enemigo público, decretando contra él una damnatio memoriae (todas sus estatuas fueron derribadas y su nombre se eliminó de todos los registros públicos).