Volaba el año 1776 y la Orden de los Iluminados, secesión de la famosa y extendida masonería, y centrada en el campo científico de la electricidad, está a punto de ser fundada.
Hartos del mal uso y despilfarro que se realizaba en el siglo XVIII con las iluminaciones de calles, avenidas y rotondas de las ciudades, así como en los florecientes estadios de fútbol como el Santiago Bernaverluz, Adam Weishaupt y Adolph Von Knigge, reunidos en un oscuro claro (qué paradoja) del bosque de Ingolstadt en Baviera, deciden sentar las bases por las que se regirá la incipiente orden.
Tras muchas discusiones, deciden que el principio principal de la orden es el máximo secretismo, por lo que tras este acuerdo finalizaron dichas discusiones, pues ambos estaban obligados a guardar secreto.
Efectivamente, lo que podría parecer un hándicap a la hora de captar nuevos miembros, se convirtió en un espectacular reclamo, pues por todos es conocida la curiosidad humana. Pronto, pues, se unieron adeptos a las causas de la orden, que si bien eran desconocidas por todos sus miembros éstos las aceptaban de buen grado.
Pese al gran secretismo, pocas cosas escapan a los ojos de la historia y bien conocida y documentada es su lucha en el campo de la electricidad.
Por aquestas fechas, como señalábamos, la iluminación estaba bien estendida por todos los rincones de Europa y parte del extranjero, siendo las bombillas de cloro las más utilizadas en los menesteres de alumbrar. Estas bombillas, son áltamente contaminantes, de un potencia luminosa muy limitada y un coste muy elevado. Es por ello que tanto Weishaupt como Von Knigge, para montar su enorme taller de orfebrería y confección y ante el gran reto de proveer de luz a sus empleados, se niegan a utilizar dichas bombillas para tal efecto.
Tras varias visitas al Leroy Berlín y no encontrar más bombillas que las mencionadas debido al monopolio que Osram posee sobre la iluminación, con estratégicos acuerdos municipales e incluso, en pocos casos, gubernamentales, encuentran el slogan perfecto para la recién creada orden: Novus Ordo Seclorum (Nuevo orden sin cloro).
En efecto, a partir de este momento y ya teniendo slogan (que, por cierto, los miembros de la orden desconocían debido, nuevamente, al primer principio de la misma) los Illuminati inician una ‘cruzada’ contra el mencionado monopolio.
Reuniones con alcaldes, presidente, cardenales, incluso reyes y el mismísimo Santo Padre no fructificaron en manera alguna, dato que ha llevado al error histórico de creer que la orden quería apartar de los poderes humanos a estas figuras institucionales, siendo su objetivo mucho más vanal y sencillo.
Cansados, sin embargo, de las continuas intromisiones de los iluminados, el duque Karl Theodor, presidente en ese momento de Osram, consigue haciendo uso de sus numerosísimos contactos que se haga público el edicto mediante el cual los iluminados y cualquier asociación de ideología relacionada con la masonería, sean declarados ilegales y subversivos. Nadaba el año 1785.
Desafortunadamente, una dura persecución comenzó para acabar con los miembros de la orden no exenta de numerosas trabas, pues incluso había miembros que desconocían pertenecer a la orden y miembros de la misma que pensaban que no eran tales.
Finalmente, y tras la muerte del abad Lanz al que se le encontraron numerosos documentos secretos, que secretamente tramaban la sustitución de todas las bombillas de cloro de los palacios reales y Casas Santas del mundo, la voz corre como la pólvora por la sede de Osram, que rápidamente, cierra o renueva sus contratos de iluminación con la nobleza europea asegurándose así un futuro que todavía a día de hoy es visible incluso en nuestras propias casas (las que tienen luz eléctrica, se entiende).
Derrotados completamente, en la actualidad, la orden se reduce a unos cuantos miembros (entre ocho y noventamil) que siguen luchando por establecer este utópico Nuevo Orden sin Cloro, bajo el slogan de: «Por un desarrollo sostenible»
La versión española de los Iluminati fueron los «alumbrados» (siglo XVI).
Nada que ver el cloro con el clostridium. Gran ironía… ¿¡Y se hizo la luz!?
Esta historia me ha dejado completamente alucinado. Mira que soy aficionado, pero no habái oido hablar de ella. Casi parece un cuadro surrealista. Es sorprendente lo que se oculta en la historia.
El Novus Ordo Seclorum no es lo que se cuenta aquí, ya nos gustaría todos…
El Novus Ordo es una especie de G-20, pero con los hombres y mujeres más poderosos del planeta, de donde salen numerosas desiciones que afectarás al mundo entero [Esto último es una especulación actual, pero hay pruebas de que el Novus Ordo influyó de manera extraodinaria en el pasado].
Se cree que el Novus Ordo es el nuevo nombre de el Temple, la ordén armada y protectora del Vaticano. Así mismo, se dice que ellos fueron quienes financiaron el viaje de Colón a Ámerica, provocaron la Revolución Francesa, y en el caso más extremo de las hipotesis, influyeron en la muerte de algunos Sumos Pontifices.
Vuelvo a repetir, esto solo son hipotesis y especulaciones, aunque hay gente que cree que esta gente estaría al punto de hacer cosas casi inimaginables, tales como someter a la populación mundial en un solo y único govierno, mediante la Ley Marcial, que se aplicaría con un destacamento de soldados y medios bélicos cuyos campos de entrenamiento, estarían esparcidos un poco por todo el planeta, etc
Solo decir que los Illuminati fueron destruidos por esta orden sin duda alguna.
Suerte a todos, un saludo, Caleb.
Muy pronto vuelve… 'La Otra Historia' a Historias de la Historia. ¿Refrescamos la memoria? http://ow.ly/3AssL
nice post. thanks.
que manera de crear tan alta expectativa y claridad del tema , tomándolo como un cuento (y)