Pilar Zaldí­var Bouthelier es licenciada en Historia y titulada en Lengua árabe.

1.- ¿El primer libro que de dejó huella?¿Qué edad tení­as?
2.- ¿Tu primer libro que tuvimos la suerte de ver publicado?
3.- Escritores y libros preferidos, releí­dos, especiales, etc.
4.- ¿Cuánto suele durar la labor de documentación para escribir un libro?
5.- Momento o momentos históricos más importantes de España
6.- Si la realidad histórica de España es sólo una, siendo las fuentes, en teorí­a, las mismas ¿cómo se puede contar nuestra Historia de formas tan dispares?
7.- ¿Quién es tu mentor en tu pasión por la Historia?
8.- ¿Cuándo se rodará una gran pelí­cula histórica en nuestro paí­s?. Alatriste y Los Borgia creo que les falta ese salto de calidad.
9.- ¿Tus aficiones «secretas»?

10.- Un dí­a perfecto serí­a …

1.- De mis primeras lecturas tengo recuerdos entrañables. Recuerdo estar en la cama por la noche ya acostada mientras mis padres terminaban de cenar y oí­rles gritar: «apaga la luz». Mi respuesta siempre era la misma: «espera a que acabe la página», pero, en realidad, yo aprovechaba para leer, no páginas, sino capí­tulos enteros hasta que oí­a un contundente: «que apagues de una vez». Era duro dejar la historia en lo mejor, pues normalmente leí­a libros de aventuras, de esos de los que cuesta desengancharte, como los de Los cinco o Los siete secretos.

2.- El prí­ncipe, la esclava y el poeta. Es la historia del triángulo amoroso formado por el rey de Sevilla, al-Mutamid, su esclava, Rumaykiyya, y el poeta Ibn Ammar, que se desarrolla en pleno siglo XI entre las taifas de Sevilla, Córdoba y Zaragoza fundamentalmente.

3.- Por mi trabajo he leí­do mucha historia y mucha novela histórica, pero está claro que, por lúcido que sea un escrito, ninguno queda en mi memoria tanto como los que consiguen llegarme al corazón y excitar mi imaginación. Me gustan los libros que me suscitan ideas y sentimientos, los que me activan. Me gusta cómo Sánchez Adalid crea a sus personajes y me encanta imaginar al Cid despidiéndose de su esposa. Tengo que citar uno de los libros que más me inspira y consigue removerme: el Collar de la paloma, un precioso tratado sobre el amor y los amantes escrito en el siglo XI por el cordobés Ibn Hazm de Córdoba.

4.- Depende de mil factores, pero sobre todo de dos: del dominio sobre el tema propuesto y del tiempo que se le pueda dedicar a diario a la investigación. éste segundo condiciona mucho pues, cuando la elaboración de un libro ha de compatibilizarse con tareas docentes u otras actividades diversas, la empresa suele alargarse.

5.- Es tentador decir fechas como 1492 o 1978, pero me parece una simplificación, pues nos lleva a minusvalorar todo lo demás y nos hace olvidar que somos el resultado de un cúmulo realidades que, a lo largo del desarrollo histórico, nos han ido configurando.

6.- Efectivamente, las fuentes son las mismas y están al alcance de todos, pero son observadas desde sensibilidades diferentes. No me refiero solo a sensibilidades polí­ticas, ideológicas o religiosas, sino a cuestiones más sutiles como los gustos y las inquietudes personales del investigador, su formación… y esto lleva a resultados muy diversos.

7.- No creo que tenga un mentor único. Ha habido muchas personas que me han ayudado en distintas facetas de mi formación, pero una que fue decisiva en la orientación que di a mis estudios: Joaquí­n Lomba. Es catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza y me dio clase de filosofí­a antigua y medieval en 2º de carrera. Nos explicó el pensamiento de los filósofos de la Antigüedad y cuando llegó al periodo medieval dijo: «A San Agustí­n y a Santo Tomás ya los conocéis, así­ que voy a presentaros a Ibn Bayya, Ibn Rush…» Me deslumbró. Me introdujo en el mundo árabe y musulmán y me puso en manos de un buen profesor de árabe que me ayudó a dar mis primeros pasos en el estudio de esa lengua. A partir de ahí­ fui aprendiendo de muchos otros.

8.- No lo sé, pero desde luego material no falta.

9.- No tengo ninguna afición que sea secreta, todas son públicas y las practico sin rubor. Me encanta estar en casa, pasar una tarde de domingo tranquila, leer un poco, echar una partida al parchí­s o al Trivial. Si hace buen tiempo me encanta pasar el dí­a al aire libre con la familia o los amigos, salir con la tortilla de patata a pasar el dí­a por ahí­.

10.- No hay dí­as perfectos pero, afortunadamente, casi todos los mí­os son muy buenos.