La píldora del día después es un anticonceptivo de emergencia femenino que se utiliza para prevenir los embarazos no deseados. Debe tomarse en un plazo máximo de 72 horas tras el coito de riesgo y tiene una eficacia superior al 90% en las primeras 24 horas después de la relación sexual. Con el paso del tiempo, esta efectividad comienza a reducirse. Y aunque ha sido en el siglo XXI cuando se ha comercializado, mal haríamos en pensar que somos los pioneros.

El silfio, era una planta silvestre que sólo crecía en las inmediaciones de la ciudad griega de Cirene, en la zona mediterránea de la actual Libia. Esta planta era tan cotizada que hasta la moneda de la ciudad reproducía su imagen.

Según Plinio el Viejo, la planta era silvestre e imposible de cultivar, con fuertes y abundantes raíces y tallo similar al de la asafétida y de grosor parecido. El nombre latino de la planta era laserpicium, de ella se extraía el laser, que era la resina aromática que exudaba la planta y que tenía propiedades medicinales y culinarias. Pero de entre todos los usos que tuvo el silfio, el que hoy nos ocupa, era el de método anticonceptivo, similar a nuestra «píldora del día después«, o como un abortivo, por sus propiedades estrogénicas. Y para rizar el rizo, estudios modernos con plantas estrechamente relacionadas con la asafétida muestran una tasa de éxito de casi el 100% de eficacia cuando se administran en el plazo de tres días tras el apareamiento… de ratas.

Silfio

La sobreexplotación, la pequeña franja costera donde crecía y la imposibilidad de cultivarla llevaron a su extinción en el siglo I.

Un único tallo enviado a Nerón es todo lo que ha sido hallado (en Cirenaica) en la memoria de nuestra generación (…) desde entonces no ha sido importado otro laser que aquel de Persia, Media y Armenia, donde crece en abundancia aunque muy inferior al de Cirenaica y además es adulterado con goma, sacopenio o alubias molidas… (Naturalis Historia – Plinio el Viejo)

Fuentes: Yale UniversityThe Straight Dope