Todos hemos visto alguna película o, peor aún, alguna foto real de ejecuciones mediante el método de la silla eléctrica. Se utilizó principalmente en Estados Unidos desde el 6 de agosto de 1890 cuando se realizó la primera ejecución con este método (William Kemmler en la Prisión Auburn en Nueva York). Con la prohibición de su uso en el Estado de Nebraska el 8 de febrero de 2008, ha dejado de ser el método primario de ejecución en ese país si bien algunos estados prevén su utilización como opción sujeta a la elección del reo.

En España, en los años 40, se utilizó también la silla eléctrica. ¡ Tranquilos… funcionaba con sexo !

Como ya hemos comentado en otros post, eran tiempos de necesidad en los que muchas mujeres, para sobrevivir, se vieron obligadas a ejercer la prostitución. Las calles eran muy peligrosas para ejercer el oficio más antiguo. Así que, muchas de ellas se ofrecían en prostíbulos de lo más cutre que por no tener no tenían ni camas.

El panorama era algo así: un antro donde la higiene y la limpieza brillaban por su ausencia, un pobre diablo que quería desvirgarse acompañado de un habitual de dichos garitos, una madame vieja y entrada en carnes que daba repelús, una joven recién llegada del pueblo, una viuda de la guerra, la mujer de un preso… La madame le «asignaba» chica, si era la primera vez una «experta», y pasaban al habitáculo del amor. Una sala con las paredes con moho por la humedad y una vieja silla de anea en el centro del lugar.

La prácticas sexuales se realizaban sobre la silla, denominada silla eléctrica. La diferencia con el modelo «americano» era que había que pagar y que los espasmos se debían al placer. Además, el constante uso y el fuerte traqueteo obligaba a repararlas cada cierto tiempo.

el fImágenes: El Periódico de Nuevo León, Artesanía en cestería