La foto, que seguro que muchos de vosotros conoceréis, apareció por primera vez en un periódico local el 5 de agosto de 1948. La noticia decía…

Un gran cartel de «Cuatro niños en venta. Preguntar dentro» en un patio de Chicago cuenta la trágica historia del Sr. y la Sra. Chalifoux, quienes se enfrentan al desahucio de su vivienda. Sin nada que poder hacer, el conductor de camión en paro y su esposa deciden vender a sus cuatro hijos. La Sra. Lucille Chalifoux esconde su cara del objetivo mientras sus hijos miran con asombro. En el escalón superior están Lana (6 años) y Rae (5). Debajo  Milton (4) y Sue Ellen (2).

Cuando se hizo pública, varios familiares denunciaron que la madre, previo pago por parte del fotógrafo, había preparado aquella impactante imagen, pero que no tenían ninguna intención de vender a sus hijos. La realidad es que, en los siguientes dos años, los cuatro niños de la fotografía, así como el bebé que estaba esperando en aquel momento, se vendieron a diferentes hogares.

Rae y Milton fueron vendidos a una familia el 27 de agosto de 1950. Sus nombres fueron cambiados por Beverly y Kenneth, y… fue peor el remedio que la enfermedad. Eran obligados a trabajar de sol a sol en el campo, tenían la comida racionada y los castigos estaban a la orden del día (palizas, atados y encerrados en el cobertizo…). Por si esto no fuera poco, Rae fue violada con 17 años y enviada a una institución para niñas embarazadas. Cuando regresó, su hijo había sido entregado en adopción. Milton, criado en aquel ambiente de abusos y violencia, se convirtió en un joven difícil y violento y pasó varios años recluido en un hospital psiquiátrico.

A David, el hermano que nacería meses más tarde, no le fue tan mal. Fue vendido a una familia, estricta pero cariñosa, que no vivía muy lejos de Rae y Milton. Cuando podía, cogía la bicicleta y se acercaba a ver a sus hermanos.

A Lana y Sue Ellen les perdieron la pista hasta que «encontraron» a Sue gracias a las redes sociales. Lana había muerto de cáncer en 1998, y Sue Ellen había sido criada no lejos del hogar de sus padres biológicos.

Sue Ellen (izquierda) y Rae (derecha). Fotografía de 2013

 

Las opiniones de los hijos respecto a lo que hizo su madre varían entre la comprensión de David («En aquel momento se trataba de supervivencia. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar? Todos somos seres humanos. Todos cometemos errores. Ella podría estar pensando en sus hijos. No quería que muriesen»), hasta la el dolor de Milton («Nunca me amó. No se disculpó por venderme. Me odiaba tanto que no le importaba”).

Después de vender a su cinco hijos, la madre biológica se volvió a casar y tuvo cuatro hijas más… sin comentarios.