El episodio de la Armada Invencible es uno de los más célebres y, al mismo tiempo, uno de los más tristes de la historia de España. Toda una flota de navíos de un país que estaba entre las grandes potencias globales militares y que acabó en un fiasco por culpa de la metereología. Desde pequeños hemos oído que el término de «Armada Invencible» era un invento inglés creado para reírse de nuestro fracaso. ¿Es cierta esta afirmación?


La polémica está llamando a la puerta. La Armada de 1588 nunca tuvo ninguno de los nombres por los que se la conoce en España. No, no se llamó ni «Gran y Felicísima Armada«, ni tampoco «Empresa de Inglaterra«, ni «Armada Invencible«, ni tan siquiera «Gran Armada«. El autor de armadainvencible.org, Pedro Luis Chinchilla, ha dado un golpe sobre la mesa para desmontar siglos de falsedades.

Se rompe el mito de la Armada Invencible

El creador de esta web especializada en el estudio y divulgación de la Armada de 1588 ha publicado recientemente el resultado de una minuciosa investigación. Gracias a ella, ha conseguido desmontar la práctica totalidad de tópicos y falsas creencias que se han asentado y promulgado durante más de cuatro siglos alrededor de este fragmento de nuestra historia. Y el primer y más importante paso que ha dado ha sido desmentir la existencia del concepto inglés de «Armada Invencible» como burla hacia los españoles. Durante las tres últimas décadas, como mínimo, siempre se esgrimió este argumento en contra de la población inglesa de la época, que con tono despectivo usaba este término para etiquetar el desastre de finales del siglo XVI. Pero nada más lejos de la realidad.

Con una enorme base histórica y extensa bibliografía, Chinchilla ha demostrado que el origen de este concepto no viene de territorio inglés. No fue William Cecil (1520-1598), Barón de Burghley, consejero y mano derecha de Isabel I, hasta ahora vinculado al término, quien lo usó en primer lugar. Realmente, aprovechando una inocente frase inglesa, fue el calígrafo italiano Petruccio Ubaldini el que empezó a mover la maquinaria de la mofa hacia esta flota con el concepto de «Armada Invencible». Buscaba la ridiculización, de ahí que potenciara el uso de dicha denominación.

William Cecil, Baron Burghley

Lo más interesante del estudio, además de la demostración del origen verdadero de este apelativo, es que también demuestra que los ingleses apenas lo utilizaron en la época. Su utilización era algo meramente anecdótico, aunque en otros territorios se tratara de impulsar para empañar la imagen del país y de sus fuerzas marítimas. Tanto es así, que en la actualidad ni siquiera es un concepto conocido en el país, su uso ha desaparecido por completo prácticamente desde el primer momento, a pesar de que el evento fue algo importantísimo para su devenir.

Entonces, ¿cómo se potenció el concepto de la Armada Invencible?

Las investigaciones del autor apuntan directamente a nuestro país. Moviéndonos en el tiempo a los siglos XIX y XX, empezamos a ver la popularización de este término. Heredado de los restos del autor italiano, fue Fernández Duro quien empezó a reutilizar de nuevo el término en sus diferentes publicaciones. Así, poco a poco el concepto volvió a coger inercia en nuestro territorio, aunque sería en el siglo XX cuando terminaría de popularizarse, ya que Herrera Oria terminó por darle el impulso definitivo en este país. A partir de ese momento, el concepto de Armada Invencible permaneció y ha permanecido en España.

Como bien ilustra Chinchilla en su completísima investigación, todas las denominaciones académicas que han estado intentando dar nombre a la Armada de 1588 en nuestro país han sido inadecuadas, y siguen siéndolo. De hecho, el autor propone algunas alternativas mucho más precisas y adecuadas para el nombre real que pudiera tener en aquella época. A pesar de que numerosas instituciones han eludido también el nombre de «Armada Invencible» en sus documentos, las otras opciones seguidas también han resultado ser erróneas. De esta forma, el origen de todo proviene del autor italiano que reinterpretó una expresión para amoldarla a su manera. Eso fue una mecha que finalmente se toparía con la pólvora en los dos últimos siglos, y de la mano de dos autores de origen español. Resulta curioso ver cómo, con el paso del tiempo, nosotros mismos hemos sido quienes hemos reescrito parte de nuestra historia para cambiar la narrativa y para, de una forma u otra, tratar de empobrecer la imagen tanto de ingleses como de nosotros mismos.

La publicación del estudio de Chinchilla apunta a levantar bastantes ampollas a diferentes niveles. Aunque su cometido no es más que ilustrar la realidad tras la historia y la denominación verdadera de la Armada de 1588. Puedes leer aquí el resultado de esta investigación, lectura muy recomendada para los más curiosos por la historia de nuestro país.