Supongo que muchos de los seguidores del blog sabréis que su nombre tiene que ver con Carlos Fisas, el autor de una obra pionera que nos enseñó cómo la lectura de un libro sobre historia puede convertirse en una experiencia de lo más amena y divertida. Aquella obra, titulada «Historias de la Historia«, se publicó en 1983 y en ella se recopilaban sus colaboraciones en el programa de radio de Luis del Olmo. Asimismo, el título del blog también es protagonista de un poema escrito en 1962 por Jaime Gil de Biedma que formaba parte en su origen del libro Moralidades, pero la censura lo prohibió y tuvo que ser editado en México en 1966. El poema no se publicó en España hasta la edición de Poemas póstumos en 1968. Y aunque muchos seguro que lo conocéis, hoy me gustaría compartirlo con todos vosotros. Así, cuando un leáis o escuchéis la cita «De todas las historias de la Historia sin duda la más triste es la de España, porque termina mal«, sabréis de donde salió.

 

Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que le han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.

Imagen: Jaime Gil de Biedma