Tras el ataque de la Marina Imperial Japonesa a la Flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos en Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, y la posterior declaración de guerra de EEUU, el gobierno de Franklin D. Roosevelt decretó el traslado e internamiento de los japoneses residentes en los EEUU en campos de reasentamiento, incluso los japoneses de segunda y tercera generación con la ciudadanía estadounidense, nisei y sansei respectivamente. La sospecha de que el ataque a Pearl Harbor había recibido la ayuda de japoneses residentes en Hawai y el miedo a que los ciudadanos de origen japonés actuasen como quinta columna, justificó la creación de estos campos de concentración. En 1942, la War Relocation Authority, el organismo responsable de la detención y el traslado, había construido diez campos en siete estados y transferido a ellos más de 100.000 personas. En aquellos momentos era peligroso tener los ojos rasgados en los EEUU. Así que, los chinos, la comunidad más numerosa de asiáticos en los EEUU, y los estadounidenses de origen chino tuvieron que demostrar que no eran japoneses.  

Los chinos habían llegado inicialmente a los EEUU, sobre todo a California, por la fiebre del oro y más tarde trabajaron en la construcción del ferrocarril. La competencia por los puestos de trabajo y la depresión económica de 1870 hicieron crecer los brotes racistas hacia la comunidad china. Se convirtieron en una minoría señalada y segregada en barrios marginales, e incluso se restringió y limitó su entrada con la promulgación el 8 de mayo de 1882 de la Chinese Exclusion Act… hasta el ataque a Pearl Harbor el 7 de diciembre 1941. Desde aquel día todo cambió, ahora eran los japoneses los que ocuparon el lugar de los chinos.

Motivados por el miedo a ser confundidos con los japoneses, los chinos y estadounidenses de origen chino comenzaron a llevar insignias con el texto «Soy Chino»…

Carteles en su ropa de trabajo…

Soy chino, no japonés.

O una bandera cuando iban a tomar el sol a la playa…

La realidad es que la comunidad china se ganó las simpatías de la sociedad estadounidense y experimentó un crecimiento económico sin precedentes al ocupar muchos puestos de trabajo vacantes tras el internamiento o huída de los japoneses.

Fuentes e imágenes: Rare Historical Photos