Hasta hace algunos años, todavía seguía firme la visión que nos mostraba un ámbito rural en donde predominaban los grandes estancieros, y en torno a estos los conocidos popularmente como gauchos, vagos o malentretenidos. Sin embargo, desde hace un tiempo, muchas investigaciones han contribuido acercándonos otra imagen de los campos del Río de la Plata colonial y sus sociedades.

Sin lugar a dudas, el ámbito rural perteneciente a la Gobernación del Río de la Plata, hasta bien entrado el siglo XVIII, estaba poblado en su gran mayoría por pequeños y medianos campesinos que vivían en diferentes condiciones, desde peones asalariados hasta arrendatarios, pasando por otras situaciones como la agregación. Los primeros eran aquellos que recibían un salario (mayoritariamente en «monedas de la tierra», es decir, ropa, alimentos y bienes primarios) a cambio del cumplimiento de determinadas labores en las chacras y estancias de la jurisdicción. Los segundos eran los campesinos que no tenían propiedad sobre la tierra y recibían una parcela para sembrar o criar ganado, la cual le pertenecía a un propietario que se beneficiaba con el cobro de una renta (generalmente pagada con productos agrícolas y ganaderos). Por su parte, los agregados eran colonos que recibían el derecho a trabajar en una porción de tierra a cambio de prestaciones laborales que debía rendirle al estanciero o chacarero propietario.

Estancia la Bamba en San Antonio de Areco (Provincia de Buenos Aires)

Estancia la Bamba en San Antonio de Areco (Provincia de Buenos Aires)

Asimismo, estos campesinos conformaron un grupo muy dinámico, ya que rara vez se quedaban de forma permanente como peones en los establecimientos de sus pagos, sino que más bien solían durar bastante poco asentados en un mismo lugar, y no era raro que un mismo trabajador fuera asalariado, arrendatario o agregado durante el mismo año calendario, o en un período de pocos años. Además, muchos de estos vagos solían ser productores independientes (tanto pastores de ganado como labradores trigueros), que pasaban tiempo como trabajadores para otros solo cuando necesitaban ingresos salariales.

Gaucho colonial

Gaucho colonial

Tanto los funcionarios coloniales como los estancieros se caracterizaron por perseguir a estos hombres libres y a sus familias dando facultades para eso a los alcaldes de la Santa Hermandad (que tenían funciones de policía y de justicia en las áreas rurales) y los jueces comisionados (por lo general funcionaban como auxiliares de los primeros). Para fundamentar su accionar, los grupos poderosos de la sociedad colonial se encargaron de elaborar un estereotipo de vagos, vagabundos o malentretenidos, según el cual los campesinos eran mostrados como personas que no respetaban las leyes ni a las autoridades, que vivían del ocio, los vicios y del robo de ganados de las estancias. Las persecuciones, juzgamientos y condenas que se llevaron a la práctica respondían a intereses de las autoridades locales y estancieros: mantener bajo control a las poblaciones rurales y, dentro de lo posible, como trabajadores asalariados o dependientes de los establecimientos productivos.

Campesinos faenando ganado vacuno

Campesinos faenando ganado vacuno

Colaboración de Mauro Luis Pelozatto Reilly

Fuentes y referencias: Academia Nacional de la Historia (ANH), Archivo General de la Nación (AGN), Raúl (2000) – El mundo rural colonial, FRADKIN, Raúl y GARAVAGLIA, Juan Carlos (2009). La Argentina colonial. El Río de la Plata entre los siglos XVI y XIX.