Hace poco hablamos de algunos insultos que se utilizaban en la antigua Roma, también del chiste más antiguo de la humanidad, pues hoy vamos a ver de qué se reían en Grecia y Roma. Y de dónde vamos a sacar este recopilatorio de chistes de la Antigüedad, pues de Philogelos («Adicto a la risa»), una obra escrita en griego durante el siglo IV y que consta de una colección de 256 chistes agrupados por temas. Aunque es difícil precisar la autoría con exactitud, algunas fuentes señalan como autores a los griegos Hierocles y Philagrios. Lógicamente, hay que tener en cuenta que el humor es muy relativo y que estos chascarrillos eran para contar más que para leer -matiz importante en lo relativo al humor-.

El pulgar

Aquí os dejo algunos (con alguna pequeña adaptación):

Pitonisas y adivinos

Un adivino le dijo a un hombre: «Eres incapaz de tener hijos». Cuando el hombre contestó que tenía 7, el vidente respondió: «Ah, ¿si? Fíjate bien en ellos»

Un hombre fue a ver a una pitonisa para preguntarle por la salud de su familia. La pitonisa contestó: «todos están bien, sobre todo tu padre». El hombre le dijo que su padre llevaba diez años muertos, y el adivino dijo: «No tienes ni idea de quién es tu verdadero padre»

Un madre llevó a su hijo enfermo a un vidente. Le leyó el futuro y le dijo que no se preocupase que tenía muchos años por delante, y le pidió que le pagase sus honorarios. Cuando la madre dijo, «mañana se los pagaré», el vidente, contrariado, respondió: «Pero, ¿y si el niño muere durante la noche y pierdo mis honorarios?»

Machistas y misóginos

Un misógino asiste al entierro de su mujer. Alguien le pregunta: “¿Quién descansa aquí?” El viudo responde: “¡Yo, ahora que me he librado de ella!”

Cuando un misógino enfermó, su esposa le dijo: «Si te mueres, me suicido»; el enfermo alzó la vista y le dijo: «Hazme un favor y suicídate mientras que todavía estoy vivo»

Tontos e idiotas

[en esta época los abderitas (habitantes de Abdera, Tracia) tenían fama de tontos]

Un abderita soñó que pisaba un clavo. Al despertar, se vendó el pie. Un colega lo vio y le preguntó qué hacía. Al oír la explicación, dijo: “¡No me extraña que te digan tonto! ¿Cómo se te ocurre dormir descalzo?”

Un abderita se acuesta con su abuela, es sorprendido por su padre y recibe una paliza. El abderita, entre sollozos, se queja: “¡Tú te has acostado con mi madre muchas veces y yo no digo nada! ¿Por qué me pegas por acostarme una sola vez con la tuya?”

A un abderita le extirpan la campanilla y el médico le ordena que no hable. Así, cuando alguien le saluda, es su esclavo quien responde. Luego él, les dice: “No te ofendas; es que el médico me ha prohibido hablar”

Un abderita vió a un eunuco hablando con una mujer y le preguntó si era su esposa. El eunuco contestó que era un eunuco, y por tanto no tenía mujer. El abderite preguntó: «Ah, entonces, ¿es tu hija?»

Un abderita siguió la costumbre e incineró su padre muerto. Él corrió a su casa y le dijo a su madre enferma: «Todavía quedan algunos troncos por quemar. Si quieres dejar de sufrir, los aprovechamos y te incinero con ellos»

Filósofos y eruditos

Un filósofo se encontraba frente a un pozo en una casa en el campo y preguntó si el agua era potable.  El campesino le dijo que sí, que sus padres ya habían bebido del pozo. El filósofo, sorprendido, dijo: ¡Qué largos debían ser sus cuellos si podían beber de un sitio tan profundo!

Un erudito fue a visitar a un amigo que estaba muy enfermo. Su mujer le dijo que su marido «ya se había marchado». El erudito le contestó: «Cuando vuelva, ¿le puedes decir que he pasado a verle?»

Un amigo le dijo a un filósofo: «¡Felicidades! He oído que tu mujer acaba de tener un hijo». El filósofo, con cara de pocos amigos, le contestó: «Si, gracias a amigos como tú».

Un erudito compró unos pantalones, pero no podía ponérselos porque le iban muy apretados. Así que se depiló las piernas.

Mal aliento

Un hombre con mal aliento preguntó a su esposa: «¿por qué me odias?» Y ella respondió: «Porque me amas»

Un actor que era un bromista era amado por dos mujeres, una con el mal aliento y la otro con axilas hediondas. Una le dijo:»Dame un beso». Y la otra: «Dame un abrazo». El actor declamó: «¿Qué debo hacer? Estoy entre dos males»

Varios

Un hombre en el médico: “Doctor, cuando me levanto estoy mareado, pero media hora después ya estoy bien”. El doctor le recomienda: “Pues levántese media hora más tarde”.

Un hombre pregunta a su mujer libidinosa: “¿Qué hacemos, cariño? ¿Comer o fornicar?”. A lo que su mujer contestó: “Lo que quieras, pero no tenemos ni una miga de pan”.

Un hombre joven atendía a una mujer y le dijo a sus dos esclavos: «Que uno le traiga una bebida a la señorita y el otro le haga el amor». La mujer respondió: «No tengo sed»

Cuando un bromista vio un proxeneta alquilar los servicios de una prostituta negra, le preguntó: «¿Cuál es su tarifa para la noche?»

Un hombre lleva el cuerpo de su padre muerto a los embalsamadores egipcios en Alejandría. Cuando va a recuperarlo, el embalsamador, que tiene varios cuerpos, le pregunta si su padre tenía señales particulares que lo identifiquen. «Una tos fuerte», responde el hijo.

Fuentes: Stoa
Ilustración: Alberto Montt