Hoy me he encontrado con una historia que no conocía. Y aunque suele aparecer en medios relacionados con los misterios y la reencarnación (cosas que, por otro lado no comparto), si me ha llamado la atención el aspecto histórico-arqueológico del asunto. Es la historia de Dorothy Eady, una mujer inglesa que afirmaba ser la reencarnación de una sacerdotisa del antiguo Egipto. Aparte de que esto es imposible, lo que no se puede negar son sus habilidades arqueológicas. Al parecer, según ella misma contaba, a la edad de 3 años sufrió una grave caída en su casa. Tras ser examinada por un doctor fue dada por muerta. Sin embargo, instantes más tarde se recuperó. A partir de ahí empezó a tener sueños en los que se veía viviendo en el antiguo Egipto.

Omm Seti

Cuando sus padres la llevaron a visitar el Museo Británico a los 4 años de edad ocurrió algo extraño. Al entrar en la sala dedicada a Egipto, comenzó a besar los pies de todas las estatuas, afirmando que aquella era su gente y que quería volver a su casa en Egipto. Eady estudió egiptología en el museo Ernest Wallis Budge, aprendió a leer jeroglíficos, y en 1932 se traslada a Egipto donde se casa y tiene un hijo, al que llama Seti. Ella misma comienza a llamarse Omm Seti (madre de Seti).

La fantástica historia se complementa con visiones y encuentros con el supuesto fantasma de Seti I. Allí encuentra trabajo en el Departamento de Antigüedades y descubre el Templo de Abydos, erigido por Seti I en el siglo XIII a.C. Precisamente el lugar que decía ver en sus sueños desde los 3 años, y que identificaba como su hogar. Vivió en Abydos desde 1950 hasta su muerte en 1981. Lo curioso es que, aparte de que todo esto no sea más que un cuento posiblemente provocado por algún tipo de lesión cerebral, lo que los estudiosos si reconocen son sus descubrimientos arqueológicos. Cuando ella decía cavad aquí -«recuerdo que aquí estaba«, decía ella-, los arqueólogos cavaban y encontraban lo que ella había dicho. Así ocurrió por ejemplo con el jardín adjunto al Templo de Seti I. La mayoría de templos egipcios solían tener un jardín adjunto. No obstante, ella fue capaz de identificar el lugar exacto donde había que cavar para encontrarlo. También predijo que habría un tunel que pasaba bajo la parte norte del templo, hallado en una excavación posterior. Otras de sus predicciones arqueológicas todavía no han sido comprobadas. Como la de que bajo el templo de Seti I hay una bóveda secreta que contiene una biblioteca de registros históricos. Entre sus afirmaciones más controvertidas está también la datación de la Gran Esfinge de Guiza como mucho más antigua de lo que en realidad se acepta hoy en día.

La historia de Dorothy Eady fue bastante famosa en los medios en los años 80. Precisamente en 1979 un corresponsal del New York Times llamado Christopher Wren publicó sus historia, estableciendo una relación entre Eady y El Mago de Oz, una historia de otra Dorothy que también quería volver a casa. En 1987 el The New York Times retomó la historia, al hilo de un libro publicado por Jonathan Cott y Hanny El Zeini titulado La búsqueda de Omm Sety. Una historia de amor eterno. La propia Eady publicó varios libros, que se pueden encontrar en tiendas online. En Youtube hay varios videos al respecto, pero no son demasiado interesantes porque se centran en el aspecto misterioso y magufo de la historia.

Colaboración de Guillermo Carvajal.