En la mañana del 19 de mayo de 1902, 216 mineros fallecían a consecuencia de una brutal explosión en la mina de carbón de Fraterville (Tennessee). La acumulación de gas metano, que se había filtrado de una mina adyacente sin ventilación, provocaba el mayor desastre minero en la historia del estado… en la ciudad quedaron cientos de mujeres viudas, un millar de huérfanos y sólo tres hombres adultos.

Aunque la mayoría falleció con la explosión inicial, 26 de ellos consiguieron sobrevivir y se refugiaron en una galería que había soportado el desastre. Sólo fue un refugio temporal… cuando el grupo de rescate llegó hasta ellos, habían muerto por asfixia. Siendo conscientes de su destino, todos quisieron tener un último recuerdo para sus familias. Esta es la carta de despedida de Jacob Vowell a su esposa Sarah Ellen y al resto de sus hijos… Elbert, de 14 años, estaba junto a él.

Carta_minero

Ellen, querida, adiós de parte de los dos. Elbert dijo que el Señor le ha salvado. Todos estamos rezando para que el aire aguante, pero cada vez se hace más difícil respirar. Ellen, yo quiero que vivas bien y vengas al cielo. Educa a los chicos lo mejor que puedas. ¡Oh, cómo me gustaría estar con vosotros, adiós! Entiérranos a Elbert y a mi en la misma tumba que el pequeño Eddie [otro hijo fallecido anteriormente]. Adiós Ellen, adiós Lily, adiós Jemmie, adiós Horace. Estamos juntos. Son las 2’25. Sólo unos pocos quedamos vivos todavía. ¡Oh Dios, una bocanada de aire más! Ellen, recuérdame mientras vivas. Adiós querida.

Fuente: Oh God, for one more breath