La caza, la destrucción del hábitat natural, la introducción de especies foráneas…, muchas y diversas han sido las causas por las que especies animales han visto disminuida su población hasta llegar, en muchos casos, a la extinción. Pero entre todas estas causas, nunca pensé que el nombre de un pobre escarabajo fuese el responsable de que hoy en día estuviese en peligro de extinción. Bueno, el nombre y los neonazis.

Escarabajo Hitler

En 1933 el entomólogo alemán Oscar Scheibel descubrió en una cueva de Eslovenia una nueva especie de escarabajo y, como tal, le puso nombre… Anophtalmus hitleri. Anophtalmus significa «sin ojos, ciego» ya que su hábitat son profundas y oscuras cuevas; su apellido hitleri se debe a la latinización de su «adorado» Führer. Supongo que cuando Hitler le envió una carta agradeciéndole el detalle no sabía exactamente el significado de Anophtalmus, porque eso de «Hitler ciego» no sonaba muy bien. Como seguía las normas de la International Commission on Zoological Nomenclature o ICZN (Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica), no se pudo hacer nada para cambiarle el nombre (no se permiten nombres con connotaciones religiosas). Aquel insignificante insecto pasó sin pena ni gloria durante años, hasta que los neonazis o adoradores de Hitler conocieron de su existencia. Como cuando se inscribe la nueva especie es obligatorio indicar el lugar de procedencia, las cuevas se convirtieron en lugar de peregrinación – y expolio- para los fetichistas de la figura del Führer. Según Martin Bähr, entomólogo de la Colección Estatal Zoológica de Munich:

Casi todos nuestros ejemplares en el museo han sido robados.

Incluso se han llegado a pagar más de 1.000 euros por un ejemplar de Anophtalmus hitleri. A fecha de hoy, está en peligro de extinción. ¡Cuántas veces este escarabajo habrá maldecido la ocurrencia de Oscar Scheibel!