El European Recovery Program, vulgarmente llamado Plan Marshall por el secretario de estado de los Estados Unidos George Marshall, fue el plan más importante para la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial que, además, estaba destinado a contener un posible avance del comunismo por toda Europa. Pero no fue la primera vez que los Estados Unidos ayudaron a los países europeos con motivo de una guerra. En 1914, durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes invadieron Bélgica y Luxemburgo, pero fueron detenidos en el frente francés. Tras varios enfrentamientos entre los distintos contendientes, los frentes se estabilizaron sin avances considerables.

Aquel desastre mundial provocó que muchos estadounidenses huyesen del viejo continente hacia Londres y desde allí poder regresar a casa. Al llegar a la capital británica, sus problemas no habían terminado: era complicado encontrar un pasaje para los barcos que cruzaban el Atlántico, casi imposible conseguir alojamiento y, para rematar, los bancos no canjeaban los cheques de viaje ni los establecimientos los aceptaban como medio de pago. Pero tuvieron la suerte de que en aquellos años residiese en Londres un empresario e ingeniero de minas estadounidense llamado Herbert Hoover. Hoover, junto con otros compatriotas con posibles, decidieron aunar esfuerzos y reunir dinero para conseguirles alojamiento y canjear sus cheques por dinero en efectivo y poder comprar los pasajes. Consiguieron devolver a casa a miles de estadounidenses. Tras el éxito de aquella operación, debido únicamente al esfuerzo de la solidaridad privada, el embajador estadounidense en el Reino Unido, Walter Hines Page, se puso en contacto con Hoover para proponerle una acción de mayor envergadura: conseguir suministrar alimentos a Bélgica. La invasión de los alemanes, la requisa de las escasas cosechas de un país eminentemente urbano y el bloqueo de los británicos ocasionaron que, literalmente, Bélgica se muriese de hambre. El 22 de octubre nacía la Commission for Relief in Belgium o CRB (Comisión para el Socorro de Bélgica).

Herbert Hoover

Herbert Hoover

Para tener éxito en aquella compleja operación, la CRB tenía que poder negociar directamente con el gobiernos británico y alemán como si fuese un estado propio. Sin su consentimiento, nada se podría hacer. Consiguieron firmar un acuerdo con el gobierno británico para permitirles superar el bloqueo y con el gobierno alemán para poder distribuir la comida entre los civiles, aparte de inmunidad diplomática para Hoover y los trabajadores de la CRB, todos voluntarios, para atravesar las fronteras. Para la financiación de aquella gran empresa se realizaron colectas en varios países, hubo masivas donaciones privadas y también participaron los gobiernos aliados. Con el dinero recaudado se compraba trigo y otros alimentos en el continente americano y Australia; los suministros se cargaban en la flota de barcos facilitados a la CRB que debían atravesar el bloqueo británico y la vigilancia de los submarinos alemanes hasta llegar al puerto franco de Rotterdam (Holanda). Desde allí, y en camiones, llegarían a Bélgica para ser repartidos en las ciudades y pueblos.

Lo que inicialmente iba a ser una operación solidaria puntual, tuvo que ampliarse en el tiempo y a la zona ocupada de Francia. En 1917, Hoover calculó que casi tres millones de personas estaban siendo alimentadas por la CRB a través de los más de dos mil comités locales de beneficencia creados en Bélgica y Francia para distribuir los alimentos. Además de los problemas propios de una operación tan compleja y en medio de una guerra, la CRB tuvo que superar innumerables obstáculos y no menos críticas, incluso de parte de los aliados. Churchill lideró una campaña contra esta organización por considerar que su intervención estaba alargando la guerra al proporcionar alimentos a los belgas y, de esta forma, los alemanes no tenían que preocuparse de alimentar a los habitantes de este país ni de sofocar posibles revueltas provocadas por la hambruna.

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Y no quedarían aquí las operaciones solidarias de Hoover. Cuando los Estados Unidos entraron en el conflicto en 1917, Hoover regresó a su casa y se puso al frente de la Administración de Alimentos de Estados Unidos. Pero aún hay más: el 6 de diciembre de 1917, cuando Finlandia se independizó durante la Revolución rusa, estalló una brutal guerra civil entre conservadores y comunistas. Años de guerra, malas cosechas y el bloqueo ruso ocasionaron una terrible hambruna en Finlandia y los finlandeses pidieron ayuda a Hoover. Aún con la CRB en funcionamiento y ocupando su nuevo cargo en los Estados Unidos, todavía tuvo tiempo para crear la Finnish Relief Fund (Fundación para el Socorro de Finlandia). Hoover recaudó fondos en Estados Unidos y consiguió donaciones de alimentos desde allí (90 por ciento) y también de Dinamarca, Inglaterra y Noruega para aliviar la hambruna finlandesa. En total, más de treinta y cinco millones de comidas llegaron a los niños finlandeses. ¿Y ya está? No. En 1939, los rusos invadieron Finlandia para recuperar el terreno perdido en 1917, y otra vez volvieron a recurrir a Hoover. Y respondió de nuevo… consiguió recaudar en Estados Unidos cuatrocientos mil dólares en solo un mes; en marzo de 1940 había conseguido dos millones y medio de dólares de ayuda.

Un pequeño detalle que se me olvidaba, Herbert Hoover fue presidente de los Estados Unidos desde el 4 de marzo de 1929 hasta el 4 de marzo de 1933.

Fuentes e imágenes: National Archives, Caballos de Troya de la historia