Lo que hoy llamamos migrañas, y por extensión terrible dolor de cabeza, para los antiguos egipcios, griegos o romanos sería algún castigo de los dioses por olvidar alguna ofrenda o haber racaneado en el último sacrificio. Pues ellos ya tenían un remedio para este «mal de dioses» que nosotros ahora hemos recuperado.

Hace unos días leía la noticia del lanzamiento de Cefaly, un dispositivo electroterapéutico craneal que utiliza impulsos eléctricos para estimular el nervio trigémino (controla la sensibilidad en la cara y el cerebro) y, de esta forma, reducir el dolor y prevenir las migrañas. En resumen, recurre a una terapia ya utilizada en la Antigüedad: las descargas eléctricas.

El filósofo griego Tales de Mileto, que vivió hacia el año 600 a.C., observó que al frotar el ámbar, una sustancia resinosa amarillenta, con un paño o piel de animal, adquiría la extraña propiedad de atraer objetos livianos. E incluso parece que en algunos lugares utilizaban el ámbar para quitar las hojas o hierbas secas que quedaban pegadas a la ropa. Y de aquel ámbar, en griego elektron, tenemos la electricidad. Aunque no sabían explicar aquel extraño fenómeno, sí supieron darle uso a las descargas eléctricas generadas por determinados animales fluviales y marinos para «atontar» a sus víctimas y cazarlas cómodamente: los egipcios el pez gato eléctrico del Nilo; griegos y romanos el pez raya que en muchas ocasiones eran criado en cautividad (igual que las piscifactorias de morenas).

Torpedo negro

Torpedo negro

Plinio dejó escrito…

Peces eléctricos se utilizan con fines medicinales para aliviar el dolor de cabeza y la gota.

Escribonio Largo, médico del siglo I que sirvió en la corte del emperador Claudio, compiló en De Compositione Medicamentorum una de las primeras farmacopeas con 271 prescripciones. Una de ellas…

Para eliminar inmediatamente y curar un dolor de cabeza, duradero e insoportable [migraña], un torpedo negro [raya] vivo se pone en el lugar que está el dolor, hasta que el dolor cesa y la zona se queda entumecida.

Y siguiendo con los remedios de Escribonio Largo, también se utilizaban para curar la gota del pie: meter los pies descalzos en aguas poco profundas entre torpedos negros hasta que se adormeciese el pie. En otros escritos, también se aconseja utilizar estas descargas eléctricas de animales para curar la artritis o la epilepsia. Y por último, recordad que no es bueno automedicarse…