Los que nacieron en el año 1648 en Candia (hoy Heraklion en la isla de Creta) no pudieron salir de las murallas de la ciudad hasta 1669: sufrieron el asedio más largo de la historia… 21 años.

En 1570, el Imperio Otomano invadió Chipre bajo dominio de la República de Venecia -cuenta la leyenda que de esta forma el sultán Selim II se aseguraba el suministro continuo de su vino preferido, el Commandaria-. Aunque se creó la Liga Santa (Corona de España, República de Venecia, República de Génova, los Estados Pontificios y la Orden de Malta) y derrotaron al Imperio Otomano en Lepanto (1571), Chipre permaneció bajo el domino turco durante tres siglos. La otrora rica República de Venecia comenzó a perder rápidamente sus posesiones de ultramar a manos de los turcos hasta que sólo quedó en sus manos la isla de Creta… aunque los turcos no necesitaban ninguna excusa para invadir la isla, un hecho puntual desató las hostilidades…

Sitio de Candia

Sitio de Candia

En 1645, los Caballeros de Malta atacaron un convoy otomano y se refugiaron en Candia (capital de Creta) con el botín… y el harén del sultán Ibrahim I. Craso error, tan craso como todas las mujeres del harén -el sultán estaba obsesionado con las mujeres obesas-. Una fuerza de 60.000 turcos desembarcó en Creta y en tres años tomaron toda la isla… excepto Candia que fue sitiada. La ciudad estaba protegida por 6.000 soldados y apenas contaba con suministros para aguantar un asedio largo. Cortaron el suministro de agua y bombardearon la ciudad durante varios meses, pero la ciudad no caía y la lucha en tierra se estancó. La única solución era hacerles llegar suministros por la cara norte de la fortaleza que daba al mar. La lucha continuó en el mar entre los venecianos y aliados contra los turcos por controlar las rutas marítimas que llevaban suministros a unos y otros. Las victorias en el mar se alternaban pero ninguno conseguía imponerse definitivamente a su oponente. Hubo dos intentos por romper el asedio desde dentro pero fracasaron, así como todos los intentos por tomar la ciudad por parte de los turcos.

En 1669, 21 años después, al capitán general Francesco Morosini sólo le quedaban 3.600 hombres para defender la fortaleza y apenas suministros para seguir aguantando. El 27 de septiembre se rindió la ciudad y los turcos permitieron que los sitiados abandonasen la ciudad con lo que pudiesen cargar.