Supongo que muchos pensaréis que el título de este artículo es erróneo o producto del llamado síndrome postvacacional pero no, el titular es correcto…. las Olimpiadas de Barcelona de 1936, 1952 y 1992. Dos de ellas deportivas (1936 y 1992) y la otra religiosa (1952). Dejaremos a un lado la celebrada en 1992 porque todo el mundo la conoce y nos centraremos en las otras dos:

Olimpiada Popular (1936)

Los Juegos de la XI Olimpiada se se iban a celebrar en 1936 en Berlín (Alemania) y varios países se plantearon el boicot a los Juegos por las políticas racistas de los nazis, pero Hitler sabía que debía aprovechar aquel escaparate internacional para vender su nueva Alemania, así que suavizó las medidas (incluso permitió participara a algún deportista de origen judío) para evitar el boicot… pero España no cedió y boicoteó los Juegos. Es más,  el gobierno de la Segunda República organizó su propia competición: la Olimpiada Popular. Para la organización de dicho evento se creó el Comité de la Olimpiada Popular bajo la presidencia de Josep Antoni Trabal que fijó como fechas del evento del 19 al 26 de julio. Para esta Olimpiada se utilizaría la infraestructura creada para la Exposición Internacional de 1929 y el Estadio de Montjuïc sería la sede de las competiciones deportivas. Esta Olimpiada Popular no se iba a quedar en una mera competición deportiva sino que también programaron otros actos culturales como un festival internacional de folclore. Además, la participación no quedaba delimitada únicamente a delegaciones nacionales sino que también podían participar territorios que no constituían un país, como Alsacia, Cataluña, Galicia, Protectorado francés de Marruecos o el español. Se inscribieron unos 6.000 atletas, siendo las delegaciones de Estados Unidos, Francia y Países Bajos las más numerosas. Lógicamente, Alemania no envió ningún representante pero sí se permitió inscribirse a alemanes exiliados del régimen nazi, algunos de ellos judíos.

Barcelona se engalanó y sus calles se convirtieron en un hervidero de alegría, fiesta y, sobre todo, fraternidad. El 18 de julio, un día antes de la inauguración de la Olimpiada y mientras el maestro Pau Casals dirigía los ensayos de la Novena Sinfonía de Beethoven para la ceremonia de apertura, llegó un miembro de la organización…

Suspendan el ensayo. Tenemos noticias de que esta noche habrá un alzamiento militar en toda España. El concierto y la Olimpiada han sido suspendidos.

Los vítores a los campeones, la música, el sudor por el esfuerzo y las lágrimas del perdedor dejaron paso a los gritos de dolor, los bombardeos, la sangre de los heridos y las lágrimas por los muertos…. la Guerra Civil Española. Algunos atletas nunca llegaron a Barcelona debido al cierre de la frontera francesa, la mayoría de los que ya estaban escaparon pero unos pocos, alrededor de 200 atletas, se unieron a las milicias populares para luchar por la República.

Olimpiada Popular

Olimpiada de la Hostia (1952)

A Pío XII se le acusó de no hacer algo más contra la barbarie nazi sufrida por los judíos y, además, de ser tan anticomunista como los fascistas, lo que está claro es que su anticomunismo se vio acentuado cuando terminó la guerra y hubo posibilidades de que ganasen en las elecciones parlamentarias de Italia. Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones generales italianas del 1948 sería excomulgado e instó a que se apoyase al Partido Demócrata Cristiano de Alcide de Gasperi que, a la postre, resultaría ganador. Además, al año siguiente autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista. Su acercamiento a la otra potencia, EEUU, era evidente y para ello se sirvió de Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y amigo personal del Papa. Así estaban las cosas…

En 1952, en plena Guerra Fría, se celebró el XXXV Congreso Eucarístico Internacional en Barcelona donde, según crónicas de la época, se congregaron casi un tercio del Sacro Colegio Cardenalicio, más de doscientos cincuenta obispos de todo el mundo, quince mil sacerdotes y dos millones de fieles. En este Congreso es donde el arzobispo Spellman soltó aquello de…

No hay en la hora mundial actual otra elección: o comunión, o comunismo.

En una de las multitudinarias misas que allí se celebraron se llegó a dar la comunión a 500.000 fieles… y de aquí nació llamarle la Olimpiada de la Hostia.

XXXV Congreso Eucarístico internacional de Barcelona

XXXV Congreso Eucarístico internacional de Barcelona