La spanish fly (mosca española) o cantárida nada tiene que ver con nuestra mosca común, en realidad es una especie de escarabajo de color verde brillante de pequeño tamaño que vive en los fresnos. Al compuesto químico que se obtiene desecando y pulverizando el cuerpo de este insecto se denomina cantaridina.

Hipócrates ya describió el uso de este compuesto para el tratamiento de ulceraciones de la piel, también los chinos lo utilizaron como uno de los componentes de la primera bomba fétida. Pero su uso más frecuente y por el que se ha consumido a lo largo de la historia ha sido el de potente afrodisíaco.

La cantaridina en pequeñas dosis controladas, ya que una sobredosis puede llegar a ser letal, dilata los vasos sanguíneos (facilitando la erección prolongada en los hombres) y estimula la percepción nerviosa en la zona donde se haya aplicado el compuesto. Ya lo utilizaba Livia, la esposa de César Augusto, con fines políticos: lo mezclaba con la comida y se lo ofrecía a los enemigos de su marido para alentar las indiscreciones sexuales de éstos y luego chantajearlos. El Marqués de Sade fue acusado de envenenamiento cuando se le fue la mano con la dosis en una orgía… murieron varias prostitutas. Se dice que Fernando el Católico falleció por abusar de la mosca española… es lo que tiene tener que satisfacer a una mujer casi 40 años más joven. En el siglo XVIII se puso de moda en Francia, en formato pastilla, las pastilles Richelieu (cuyo contenido era cantaridina).

A la mosca española le pasó como al fugu, que es mortalmente venenoso si se administra/prepara incorrectamente. Hoy en día su uso está prohibido, para estos fines, aunque sí se utiliza para ayudar a los animales en el apareamiento.

Fuentes: History of spanish fly, Aphrodisiacs, El bichito del amor