Durante cuatro meses, de julio a octubre de 1940, la fuerza aérea alemana, Luftwaffe, intentó conseguir la superioridad aérea sobre la Royal Air Force británica (RAF), en el transcurso de la primera mitad de la Segunda Guerra Mundial en la llamada Batalla de Inglaterra. No fue una única batalla sino varias campañas de ataques aéreos sobre suelo británico con el objetivo de destruir la mayor cantidad posible de aviones de la RAF, imponer el caos y desatar el pánico de la población para las posterior invasión de Inglaterra.

El Richmond Golf Club, a diez millas del centro de Londres y con más de 2.500 hectáreas, fue uno de los lugares que sufrieron los bombardeos de la Luftwaffe.

Este club privado de golf decidió que ni los bombardeos ni la guerra iban a impedir que sus socios practicasen su deporte favorito. Eso sí, decidieron publicar un manual adaptado a las nuevas circunstancias… una guerra:

  1. Se pide a los jugadores que retiren la metralla o los restos de las bombas para no causar daño a las máquinas segadoras.
  2. En las competiciones, durante un bombardeo, los jugadores pueden ponerse a cubierto sin ninguna penalización.
  3. Las posiciones de  bombas de acción retardada localizadas, están señalizadas por banderas rojas pero no garantiza la distancia de seguridad.
  4. La metralla o los restos de bombas en los fairways (calles) o en los bunkers que se encuentren a un palo de distancia de la bola, podrán retirarse sin penalización.
  5. Una bola movida por la acción del enemigo puede ser reemplazada, o si se pierde o se destruye, la bola podrá ser dropada en el lugar más cercano del agujero sin penalización.
  6. Una bola que cae en el cráter de un bomba puede ser dropada al punto más cercano fuera del agujero sin penalización.
  7. Un jugador cuyo golpeo se ve afectado por la explosión simultánea de una bomba, puede jugar otra bola desde el mismo lugar pero penalizado con un golpe.

Fuente: Wartime Golf Rules