¿Se puede matar después de muerto? Harto difícil pero…

Durante el siglo IX, una de las amenazas a las que tuvo que hacer frente el rey de Noruega Harald I fueron las constantes incursiones de los piratas contra Noruega. Así que, en 875 encabezó una expedición de castigo y conquista de su base de operaciones… las islas Orkney y Shetland situadas al Norte de la actual Escocia. Los piratas recibieron un duro castigo y fueron expulsados de las islas. En compensación por el hijo perdido durante la batalla, Harald concedió el gobierno de las islas y el título de conde a Rognvald Eysteinsson. Pero Rognvald, con el consentimiento del rey, renunció a las tierras y al título en favor de su hermano Sigurd Eysteinsson.

Sigurd el Poderoso

Sigurd amplió el territorio de su nuevo condado por el continente escocés ganándose el sobrenombre de el Poderoso. En uno de los enfrentamientos con los escoceses, se retó con Máel Brigte, el líder del grupo local, a una batalla con sólo 40 hombres por bando. Como Sigurd no se fiaba de los escoceses, o para asegurarse la victoria, se presentó con 80 hombres en lugar de los 40 pactados. Cuando Máel se dio cuenta del engaño, no se echó atrás y arengó a sus hombres para que, por lo menos, matasen a uno de los dos que les tocaban a cada uno. Lucharon con mucha fuerza y valentía pero la superioridad numérica de Sigurd decantó la batalla en su favor. Como trofeo de guerra, Sigurd decapitó a Máel y colgó su cabeza del estribo de su caballo. Partieron a celebrar la victoria pero el movimiento del galope hizo que un diente que le sobresalía a Máel se clavase en la pierna de Sigurd. Aquella herida se infectó y Sigurd moría al poco tiempo por la infección. Parece ser que Máel no se había lavado los dientes aquel día… 🙂

Fuentes: The heritage of the Orkney islands, Orkney Islands