Desde principios de 1943 el Primer Ministro británico, Winston Churchill, y el Presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, se reunieron para planear la invasión del continente, entonces ocupado por los alemanes. Pero no fue hasta 1944 en que se dieron las circunstancias oportunas: los alemanes habían perdido África y los aliados, con el engaño del cadáver encontrado en Huelva, dieron el salto a Sicilia y desde allí al resto de Italia; además, el Ejército Rojo empujaba con mucha fuerza desde le Frente Oriental. Se decidió que la mejor opción era Normandía, en el noroeste de Francia, y la fecha, según la máquina para la predicción de las mareas del matemático británico Arthur Thomas Doodson, el 6 de junio. Lógicamente aquella invasión se debía llevar en secreto y se le dio el nombre en clave de Operación Overlord.

Pero un simple crucigrama, publicado por The Daily Telegraph, estuvo a punto de echar todo por tierra. Miembros del MI5 (servicio de inteligencia que se ocupa del espionaje dentro del Reino Unido) que tenían la costumbre de hacer el crucigrama a diario, se quedaron de piedra cuando comprobaron que desde hacía un tiempo palabras clave alrededor de la Operación Overlord iban apareciendo al resolver el crucigrama:

  • El 22 de mayo de 1944, apareció Omaha (nombre en  clave de una de las playas del desembarco)
  • El 27 de mayo de 1944, apareció Overlord (nombre en clave de toda la operación)
  • El 30 de mayo de 1944, apareció Mulberry (nombre en clave de los puertos flotantes)
  • El 1 de junio de 1944, apareció Neptuno (nombre en clave del apoyo naval)

Después de estas sorpresas, y a falta sólo de 5 días para el desembarco de Normandía, se revisaron los crucigramas de días anteriores y aparecieron los nombres en clave del resto de las playas del desembarco: Utah, Gold, Sword y Juno. Aquella situación disparó todas las alarmas y el MI5 interrogó a Leonard Dawe, creador de los crucigramas y director de la escuela Strand en el sur de Londres, pensando que era un espía alemán. Después de un riguroso interrogatorio, registro de su casa y despacho, control de cuentas y demás cosas que se hagan en estos casos… se determinó que eran simples casualidades.

Estas simples casualidades parece que no fueron tales, pero tampoco encerraban ningún misterio ni mucho menos labor de espionaje. En 1984, Roland French, un antiguo alumno del colegio Strand, que por aquella época tenía 14 años, contó que, como ejercicio mental, ayudaban al profesor Dawe a hacer los crucigramas proponiendo palabras de determinado número de letras para que luego Dawe buscase las definiciones apropiadas. Aunque todo lo que rodeaba a la Operación Overlord era secreto, parece ser que los niños habían escuchado muchos de estas palabras claves en el campamento de los soldados aliados próximos al colegio y que las proponían porque les hacían gracia. El hecho es que nada tuvo que ver en el resultado final de la Operación Overlord.

Fuente: The Telegraph