En el siglo XIX, huyendo de la miseria y  la hambruna, muchas mujeres de provincias se dirigían a la capital en busca de un futuro. Las tasas de mortalidad infantil en estas zonas eran muy elevadas y muchas madres que perdieron a sus hijos recién nacidos  decidieron «alquilarse» como nodrizas.

El camino hacia Madrid era largo y para seguir manteniendo el flujo de la leche, algunas de ellas se proveían de un cachorro de perro que hiciera las veces de bebé. Cuando llegaban a Madrid se reunían en la Plaza de Santa Cruz, junto a la Plaza Mayor, a la espera de que alguien contratase sus servicios.

Paralelo a estar «mercado de nodrizas» nació «La Gota de Leche«. Estas instituciones se crearon para remediar los problemas de desnutrición y alta mortalidad infantil en aquellas familias que no podían permitirse el lujo de tener nodriza, y cuyas madres no podían dar de mamar. La idea original de «las gotas de leche» procedía de Francia, donde el médico Dupont había creado la primera en 1894.

A comienzos del siglo XX se crearían en Barcelona, Madrid y Sevilla. Estas instituciones además de prestar asistencia pediátrica, facilitaban la alimentación láctea. El pago de sus servicios dependía de la posición social de los pacientes, siendo gratis para los más pobres.

Fuentes e imagen: Gota de Leche, Diario Información,