Esta es la segunda entrega de Superzebraman, de Javier Urtasun, la primera coproducción hispano nigeriana de la historia en Nollywood (Nollywood es el sobrenombre por el que se conoce a la industria local por ser la 3ª a nivel mundial, tras Hollywood y Bollywood).

La llegada a Nigeria

Ir a Nigeria es algo poco común. Es tan poco común que si solicitas visa de turista para entrar lo más probable es que sospechen algo y no te la den. Así de claro. A Nigeria un blanco sólo va a trabajar y por mucho dinero en alguna gran compañía de petróleo, comunicaciones o servicios diplomáticos. No hay turismo. Es demasiado peligroso.

Cuando la noche anterior a coger el avión te tumbas en la cama y piensas en ello, te acojonas. Pero además mucho. Porque tú no vas a trabajar para una todopoderosa compañía de petróleo que te va a cuidar, que tiene experiencia en recibir extranjeros y protegerlos de las mil y una mafias y secuestradores que hay en torno al aeropuerto de Lagos. Tú vas a trabajar en una película de incógnito y con un visado muy dudoso. Si la aventura ya es complicada en sí misma por el choque de culturas y por estar haciendo algo que nunca antes se había ni siquiera intentado, ahí está el gobierno nigeriano para complicarlo todo un poco más. Y es que si hubiésemos dicho la verdad, que íbamos a rodar una película, nos hubiesen hecho pedir un permiso especial de rodaje para extranjeros, que hubiese tardado del orden de los 6 meses a un año, sobornos y tasas mediante. Un tiempo y un dinero que la productora nigeriana nos animó a no desperdiciar. Diríamos que íbamos de visita a conocer Nollywood y punto. Así, cuando entráramos en el país ya iríamos mintiendo. Con nuestras cámaras, nuestros visados de “visita” y sobretodo, nuestros calzoncillos forrados de billetes de 500 euros para pagar la peli.

Cuando piensas en ello la noche anterior a tomar el avión, te acojonas, y con razón. Si por un casual te descubren el pastel, aunque no es nada grave, te puede generar problemas legales en un país que se sitúa en el puesto 3 de la lista mundial de más corruptos, y eso amigos, es una gran liada.

Pero superas la pereza y sigues adelante aún sabiendo que lo que pase en las próximas 24 horas cambiará tu vida, y sólo a peor. No habrá posibilidad de ganar nada, solamente de meterte en una liada de escándalo. Curiosa la mente humana, sabiendo todo eso tiras para adelante y te metes en la boca del lobo. Porque eso puede ser un agujero con muy pocas salidas. Y de esto das cuenta inmediatamente al llegar a Lagos y empezar a ver todo militares más negros que el tizón revisando papeles aleatoriamente, sin ninguna prisa y con cierta actitud chulesca. Porque así comienza la aventura nigeriana…

Bajamos del avión. Me han avisado que es el momento más peligroso del viaje. Vamos Imanol y yo. Imanol es un amigo de Pamplona, un autentico corredor de encierros, un gran actor y sobre todo un tío con los huevos más grandes que he visto en mi vida. Un autentico luchador. Horaci, el tercer miembro de la “santísima trinidad” llega en unas horas porque viene desde Dakar, lugar donde vive, a pesar de tener nombre catalán y ser de Barcelona. Y es que a este blanco Africa le corre por las venas, y aunque habitualmente lo expresa a través de un periodismo serio, esta vez ha hecho una excepción para documentar en tono de humor esta aventura friki en Africa (lo que llamamos una historia muy afrikiana).

Llegamos al puesto de visados. Una tipa con una gorra muy hortera estilo militar revisa los papeles a Imanol. En el avión antes de llegar nos los han dado para rellenarlos. Yo lo he hecho antes concienzudamente porque no quiero tener ningún tipo de problemas. Voy de billetes hasta los huevos, nunca mejor dicho, llevo 5000 euros en los calzoncillos. Imanol ha decidido no rellenar esos papeles en el avión. Y algo me dice que ahora vamos a tener problemas, lo veo. La tipa le mira a Imanol, revisa sus papeles, le dice no se qué, Imanol le dice no se cuantos, la tipa se queda seria. Imanol le hace una broma, ella de repente sonríe, le hace gracia Imanol y le dice que pase. Ahora voy yo. Todo en regla, mentalizado. Le doy los papeles, los mira, llega a la parte que Imanol no ha rellenado y yo sí, se para, se pone super seria, me mira, se pone a leer y me dice que eso está mal, que he puesto mi dirección en España y tenia que poner la de visita en Lagos. Joder, manda huevos, uno no lo rellena y no pasa nada, y yo que lo intento va y me echa para atrás. Levanto la mirada y veo al fondo a Imanol totalmente tranquilo con un cigarro en la mano preocupado por donde fumar. Este tío es un autentico crack. Para los que somos de Pamplona un modelo de la antigua escuela. Más huevos que el toro. Finalmente relleno los papeles. Vuelvo donde la tía, que ahora me dice que estoy muy nervioso y a ver si me pasa algo, le digo que es por el calor y el idioma que no lo hablo muy bien. Me deja pasar. Pillamos las maletas, al otro lado de una puerta de cristal corrediza está Nigeria de verdad, se oye a la gente, esperan la llegada de nuestro avión. En unos momentos esto habrá acabado y estaremos en manos de nuestra socia nigeriana, a salvo. Cruzamos la puerta.

Una tipa me agarra la maleta, un tipo muy extraño me empieza a preguntar de donde soy, le digo que de España, me empieza a hablar de zapatos. Mientras la otra tipa insiste en agarrar mi maleta. Yo me pongo firme, déjenme en paz por favor. La tipa se pone muy nerviosa, me dice que estoy muy nervioso que a ver si escondo algo, que ella es la revisora de las maletas que salen. Me está pidiendo el papel que dice que la maleta es mía. Joder era eso. No entiendo su inglés para nada. Menuda locura. Le digo que estoy nervioso porque no hablo inglés muy bien. La tía pone cara de perdona vidas y me deja pasar. El tipo de los zapatos me sigue hablando del tema, quiere decirme que él tiene unos zapatos de España, pero yo no le entiendo, finalmente digo la palabra valencia y se calma. Ahora sabe que le he entendido que tiene unos zapatos de Valencia. Ok, genial, disfrútalos, un estupendo producto, ahora entiendo que ames España.

Bien, estamos en la zona de llegadas del aeropuerto, vemos carteles, Mr. Smith, Mr no se quien, gente que llega, abrazos, ningún cartel de Mr Urtasun, ninguna cara conocida. Se empieza a ir la gente y ahí nos quedamos solos Imanol y yo. Imanol sigue preocupado con fumarse un cigarro. Menos mal que él no es nervioso, me da tranquilidad y hace todo esto más surrealista si cabe. Mejor. Decidimos salir a la calle a ver si vemos a Shan, la productora nigeriana. Inmediatamente de pisar la calle unos 15 tíos se te echan encima ofreciéndote taxi, hotel, de todo. Allí no está Shan. Vuelvo adentro. Intento llamarla. El teléfono no funciona. Debo de quitar algún número inicial. Al final consigo llamar y …buzón de voz. Toma ya. En el aeropuerto de Lagos, en el culo del mundo y la tía que me tenía que recoger me pone el puto buzón de voz. Manda cojones. Qué coño hago yo allí con los calzoncillos llenos de un dinero que ni es mío, gastando un montón de pasta para llegar y que la aventura se vaya a tomar por culo sin ni siquiera pisar la calle…Mientras, Imanol ha conseguido fumarse un cigarro y está bastante tranquilo. Joder que tablas. Da gusto. Por esto ya sólo merece la pena el viaje. Hemos vivido algo realmente duro y nadie se ha cagado en el otro. Bien.

Mientras empiezo a pensar en cuanto dinero tengo y a cuantas noches de hotel me llega en el único hotel de la ciudad que la embajada española considera apto para blancos, y qué documental puedo hacer para salvar todo esto, va pasando el tiempo. Finalmente suena el teléfono, es Shan que llega hora y media tarde, ni se sabe porqué…