Por primera vez, la tarde del 11 de noviembre de 1900, toreaba una novillada en la plaza de toros de Madrid una mujer, María Salomé Rodríguez Tripiana «LaReverte».

Aquello debió ser un duro golpe para la sociedad machista de la época y, sobre todo, para los puristas de la Fiesta. Según palabras de José María de Cossío, autor de la enciclopedia taurina:

la presencia masiva de la mujer en la plaza no sólo es un hecho nuevo, característicos de los tiempos más recientes del toreo como espectáculo, sino también un factor innovador y decisivo, que determina sus transformación: los toros se han afeminado

Durante 8 años se mantuvo, muy dignamente, por la plazas de España mostrando valentía y buen arte, sobre todo, con las banderillas y el estoque. Las presiones de los puristas obligaron al Ministro de Gobernación, Juan de la Cierva, a prohibir el toreo femenino en 1908. Tras la prohibición, María Salomé «destapó el pastel»: en realidad era Agustín Rodríguez Tripiana.

Intentó seguir con su carrera como torero pero ya no fue lo mismo. Terminó sus días como guardia de minas en Jaén.

Agustín, o María, tuvo claro que su «éxito» se debió a su condición femenina y no a su «arte», y las ministras nunca sabrán si su nombramiento se debe a su valía o a la cuota femenina. Quí lo sá

Imagen y fuentes: Historia de los Toreros, Hijas de Adán: las mujeres también salen del armario Escrito – Illy Nes, Toros