En 2001 un equipo liderado por Pam Dalton del Monell Chemical Senses Center desarrolló una sustancia llamada US Government Standard Bathroom Malodor o, en pocas palabras, «la Bomba Apestosa«. Esto es un compuesto sintetizado de ocho productos químicos cuyo resultado final debe ser algo parecido a una mezcla de ropa interior sucia, pescado y huevos podridos, coles de Bruselas hervidas…

Este «invento» fue adquirido por el Pentagon’s Nonlethal Weapons Program (Programa de Armas No Letales del Pentágono) para desarrollar un arma de «dispersión y huida» entre los enemigos pero sin causar muertos. Igualmente, podía ser utilizado por la policía para disolver manifestaciones o revueltas callejeras.

Este olor tan repugnante causa repulsión, el estómago se revuelve, entran arcadas y, al final, miedo y huida. Un arma psicológica.

Pero éste no fue el primer intento de «arma biológica olorosa». Durante la II Guerra Mundial la American Office of Strategic Services (Oficina americana de Servicios Estratégicos) desarrolló un compuesto sulfuroso llamada «Who Me«. Este compuesto, suministrado a la resistencia francesa en pequeños aerosoles, se vaporizaba discretamente en las ropas de los alemanes para humillarlos y desmoralizarlos. El problema es que el compuesto tenía varios sustancias volátiles difíciles de controlar y, al final, todos quedaban impregnados del asqueroso olor. Al cabo de un par de semanas se desechó el uso del Who Me.

Fuente: Everything2, Scienceblog, Myfivebest, Wikipedia