Flavio Josefo fue un historiador judío nacido en el seno de una familia sacerdotal de Judea. En el año 64 se trasladaría a Roma para conseguir de Nerón la liberación de algunos sacerdotes judíos capturados durante las revueltas contra los romanos, causa por la que es procesado y encarcelado. Sin embargo, pronto es liberado gracias al apoyo de Sabina Popea, esposa del emperador (una vez).

Tras su vuelta a Jerusalén, en el año 66 estalló la Gran Revuelta Judía. Fue designado por el Sanedrín de Jerusalén como comandante en jefe de Galilea, organizando su administración y defensa. Tras seis semanas de heróica defensa de Jotapata frente al poderoso ejército romano, la fortaleza cayó. Joseyo y 40 defensores huyeron para refugiarse en la meseta de Masada. Sitiados por los romanos decidieron matarse antes que entregarse al enemigo.

¿Cómo hacerlo?, ¿en qué orden?… Alguien propuso colocarse en círculo y contar 1, 2 y 3; al que le tocase el 3 moría y así sucesivamente sin contar los muertos. Por suerte (dos veces), Josefo se colocó en el lugar nº 16 y si lo comprobáis sólo se pueden salvar los situados en la posición 16 y 31.

Para comprobarlo, a la vieja usanza con lápiz y papel, sólo hay que escribir una círculo con 41 números y comenzar a tachar el número 3, sin contar en posteriores ruedas los tachados (muertos), salvándose al final los situados en el lugar 16 y 31. Sólo una agilidad mental prodigiosa (¿otra calculadora humana?) habría permitido a Josejo elegir el lugar.

Cuando al final quedaron Josejo y otro compatriota decidieron capitular y entregarse a las fuerzas del general Vespasiano. Llevado ante el general, y teniendo todo perdido, se atrevió a augurar que Vespasinao se convertiría en el próximo emperador. En el año 69 el augurio se cumplió y Josefo fue liberado (tercera vez).

Fuente: Matemática divertida y curiosa – Malba Tahan