El 22 de enero de 1939, ante la inminente caída de Barcelona, Antonio Machado y su familia partían rumbo al exilio francés. Tras una semana de viaje con abundantes sobresaltos, propios del invierno y de los gendarmes, llegan a Colliure.

Poco pudo «disfrutar» del exilio el genial poeta. La enfermedad, la fatiga, la nostalgia por abandonar la tierra que le inspiró su obra cumbre «Campos de Castilla» y la pena de que su hermano, Manuel, estuviese junto a los que le «obligaban» a salir huyendo, pudieron con don Antonio, quien fallecía el 22 de febrero.

Su otro hermano, José , encontró en el bolsillo de Antonio un trozo de papel arrugado con tres notas escritas a lápiz. La primera, «ser o no ser«; la segunda, «estos días azules y este sol de la infancia» y la tercera, una de las Otras Canciones a Guiomar, con una pequeña variación:

Y te daré mi canción:
«Se canta lo que se pierde»,
con un papagayo verde
que la diga en tu balcón

Y te enviaré mi canción:
“Se canta lo que se pierde”,
con un papagayo verde
que la diga en tu balcón

El exilio era el triste final del «julio del 36» y la consecuencia del odio y el fanatismo entre hermanos.

Fuente: Los mitos de la Historia de España – Fernando García Cortazar.