No voy a enumerar todos los métodos anticonceptivos que las mujeres han sufrido en la historia. Y digo sufrido, porque a lo largo de la historia el hombre ha decidido hasta lo más íntimo de una mujer. Lo más fácil y frecuente era la introducción de cuerpos extraños en el útero para taponar el líquido seminal. En las actas de la National Medical Association se pueden encontrar 123 tipos de dispositivos intrauterinos. En un periódico se llegó a publicar…

Estos trastos llenan la vagina como si fuera una tienda de todo a cien.

Hoy en día, y gracias a la investigación, existen métodos más efectivos y menos radicales: píldora, DIU, parches… Pero si nos remontamos al antiguo Egipto, encontraremos el primer método anticonceptivo femenino: una mezcla hecha con los excrementos de cocodrilo del Nilo y miel. Las mujeres se aplicaban una fina capa de este emplaste en el cuello del útero que actuaba como barrera (por la viscosidad de la miel) y, además, se ha comprobado que las heces del cocodrilo son un poderoso espermicida por su elevada acidez.

Cariño, cuando vuelvas de trabajar en las pirámides, pásate por el río que hoy no me duele la cabeza.

También fueron las egipcias las primeras en utilizar tampones, en este caso hechos con la pelusa del lino y resina de acacia (nuestra goma arábiga) para hacer compacto este absorbente.

La píldora del día después es un anticonceptivo de emergencia femenino que se utiliza para prevenir los embarazos no deseados. Debe tomarse en un plazo máximo de 72 horas tras el coito de riesgo y tiene una eficacia superior al 90% en las primeras 24 horas después de la relación sexual. Con el paso del tiempo, esta efectividad comienza a reducirse. Y aunque ha sido en el siglo XXI cuando se ha comercializado, mal haríamos en pensar que somos los pioneros.

El silfio era una planta silvestre que sólo crecía en las inmediaciones de la ciudad griega de Cirene, en la zona mediterránea de la actual Libia. Según Plinio el Viejo, la planta era silvestre e imposible de cultivar, con fuertes y abundantes raíces y tallo similar al de la asafétida y de grosor parecido. El nombre latino de la planta era laserpicium, de ella se extraía el laser, que era la resina aromática que exudaba la planta y que tenía propiedades medicinales y culinarias. Pero de entre todos los usos que tuvo el silfio, el que hoy nos ocupa era el de método anticonceptivo, similar a nuestra “píldora del día después“, o como un abortivo por sus propiedades estrogénicas. Y para rizar el rizo, estudios modernos con plantas estrechamente relacionadas con la asafétida muestran una tasa de éxito de casi el 100% de eficacia cuando se administran en el plazo de tres días tras el apareamiento… de ratas.

La sobreexplotación, la pequeña franja costera donde crecía y la imposibilidad de cultivarla llevaron a su extinción en el siglo I.

Un único tallo enviado a Nerón es todo lo que ha sido hallado (en Cirenaica) en la memoria de nuestra generación (…) desde entonces no ha sido importado otro laser que aquel de Persia, Media y Armenia, donde crece en abundancia aunque muy inferior al de Cirenaica y además es adulterado con goma, sacopenio o alubias molidas… (Naturalis Historia – Plinio el Viejo)