No es una pregunta que yo me haga, ya que tengo la suerte de ser nieto, hijo, hermano, yerno, cuñado, primo, tí­o… y estar casado con una de ellas. Esta pregunta se la debí­a hacer el doctor Morata, uno de los galenos al servicio de Felipe II.

El doctor Morata era un soltero empedernido que no tení­a intención alguna de casarse. Llegado el momento el monarca le dijo que debí­a casarse y que buscase esposa en Madrid. El doctor, que era un guasón y que no se callaba ni debajo del agua, le contestó:

Señor, yo tengo a vuestra majestad por hombre entendido y como os habéis ido a casar a Portugal (Marí­a de Portugal), Inglaterra (Marí­a Tudor), Francia (Isabel de Valois) y Alemania (Ana de Austria) , algo sabéis de las mujeres de Madrid y así­ no quiero casarme.