El grito (1893) es el tí­tulo de un cuadro pintado por el noruego Edvard Munch y forma parte de una serie de cuadros titulada «Friso de la vida». Es una de las obras más importantes del movimiento expresionista y se ha convertido en un icono.

Según las propias palabras del autor:

Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí­ un grito infinito que atravesaba la naturaleza.

El hombre representado en el cuadro no está gritando (aunque su tí­tulo sea el grito), sino que está protegiéndose del ruido. De fondo se ve el fiordo de Oslo, tal y como se contempla desde la colina de Ekeberg y las lí­neas distorsionadas que le rodean representarí­an el ruido. Munch realizó varias versiones de esta obra.

¿En qué se inspiró Edvard Munch para pintar este cuadro?

Según un estudio realizado en 2003, parece que la fuente de inspiración fue una puesta de sol muy intensa debida a la erupción del Krakatoa en 1883.

Si el Krakatoa está en Indonesia y Munch se encontraba en Oslo, ¿cómo puede ser? Si atendemos a las consecuencias catastróficas erupción podremos hacernos una idea:

El 27 de agosto, el volcán entró en la catastrófica etapa final de su erupción. Cuatro enormes explosiones ocurrieron a las 5:30, 6:42, 8:20, y 10:02. La peor y la más ruidosa de estas fue la última explosión. Cada una fue acompañada por tsunamis muy grandes. Un área grande del Estrecho Sunda y varios sitios sobre la costa de Sumatra fueron afectados por flujos piroclásticos del volcán haciendo hervir el agua cercana a la isla. Las explosiones fueron tan violentas que fueron oí­das a 3.500 kilómetros, hasta en Australia y la isla de Rodrí­guez cerca de Mauricio, a 4.800 kilómetros de distancia; el sonido de la destrucción de Krakatoa, como se cree, es el sonido más ruidoso en la historia registrado, alcanzando los niveles de 180 dBSPL (una medida del desví­o de la presión producida por el sonido y medida en decibelios. SPL significa: Sound Presion Level) a una distancia de 160 kilómetros. Se dice que marineros a 40 km de distancia quedaron sordos del estruendo. La ceniza fue propulsada a una altura de 80 kilómetros.

Otra «versión» de el grito:

Imágenes: maqueteros y tododetodo