El 13 de septiembre de 1923 el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, tomaba el poder mediante un golpe de Estado apoyado por los militares, la burguesí­a  y los terratenientes. Un ejército herido tras el desastre de Annual (1921),  partidos polí­ticos tradicionales debilitados, auge del nacionalismo y de las agrupaciones sindicales, una monarquí­a pelele, una burguesí­a ninguneada en plena introducción de la revolución industrial… como contrapartida, Primo de Rivera ofrecí­a orden público y unidad territorial (escaso bagaje para situación tan delicada).

La represión llegó a los nacionalistas (con la prohibición del uso de cualquier lengua que no fuera el castellano y de los sí­mbolos nacionalistas), republicanos, sindicatos y asociaciones de izquierda. En esta última, y en concreto en la Agrupación Socialista de Villalgordo del Júcar (Albacete), vamos a encontrar a nuestro protagonista, Escolástico Correas Almero, «el Rebelde».

Villalgordo de Júcar es un pequeño, y bonito, pueblo manchego, cercano a Casas Bení­tez, que tuvo su momento de esplendor a mediados del siglo XIX gracias a la instalación, por Santiago Gosálvez, de una fábrica de harinas, otra de hilados y, sobre todo, una fábrica de papel continuo. Villalgordo del Júcar se convirtió en el segundo pueblo de España en tener luz eléctrica. De aquella época sólo queda el Palacio de los Gosálvez.

En este pintoresco cuadro nace Escolástico Correas, un barbero de porte austero y regio que, junto a su hermano «el Castelar», lideran la Agrupación Socialista. Son años difí­ciles en los que la asociación está presidida por el hermetismo y las reuniones clandestinas; aún así­, luchan por su pueblo y por sus ideales (palabra casi vací­a de contenido en la actualidad). La historia de «el Rebelde» habrí­a permanecido en el anonimato, pero una fotografí­a de Luis Escobar López de dicha agrupación, en 1925, lo sacó a la luz:

En la foto se ha podido identificar a Escolástico Correas (con un cí­rculo), Santiago Rusiño (detrás de él) y a Solí­s que traí­a la propaganda de Albacete (con el periódico el Socialista).  Excepto los dos primeros todos los demás aparecen con el «traje de faena» o la tradicional blusa manchega. La familia del fotógrafo Luis Escobar destruyó casi todo el material por temor a las represalias sobre los fotografiados. El propio fotógrafo estuvo en la cárcel.

Esta Agrupación todaví­a existe y en ella aparecen incluso nietos de los protagonistas de la fotografí­a de 1925.

El 9 de julio de 1926 fallecí­a Escolástico, un rebelde, casi anónimo, que luchó por la justicia y la igualdad, y contra la opresión y la dictadura.

Dedicado a Ángel Correas, de la estirpe de «el Rebelde».

Fuente: Centro de Estudios de Castilla-La Mancha