Malos tiempos corren para el periodismo (cabeceras y portales digitales que echan el cierre, reducciones de plantilla…) pero casos como los que hemos tenido la semana pasada hacen un flaco favor a esta profesión tan dignamente defendida y currada por periodistas como Enrique Meneses, Ramón Lobo, Gervasio Sánchez, Nacho de la Fuente, Manuel Guisande, Arturo Peréz-Reverte… Así­ que, espero que me perdonen los maestros pero hoy me toca hablar del periodismo ignorante, consensuado y peligroso.

  • Periodismo ignorante:

La pasada semana se anunciaba el descubrimiento de los restos intactos de Pedro III «el Grande», rey de Aragón , en el monasterio tarraconense de  Santes Creus; también ostentaba el tí­tulo de rey de Valencia (Pedro I) y conde de Barcelona (Pedro II). Que los medios catalanes lo denominen » rey Pere II el Gran» no deja de ser anecdótico porque Barcelona nunca fue reino y por la facilidad de dichos medios para interpretar libremente la Historia (como la Diada), pero lo que resulta chocante es que la periodista Pepa Bueno, en RTVE minuto 48, hable de «Corona catalano-aragonesa«… para rizar el rizo en el rótulo inferior de las imágenes aparece «La momia de Pedro II, el Grande».  La Corona catalano-aragonesa nunca existió, era la Corona aragonesa (recordemos que Barcelona era un condado) y el rey de la Corona aragonesa era Pedro III, el Grande (como mucho Pedro II conde de Barcelona); el abuelo de Pedro III era Pedro II, «el Católico». En mi tierra – Teruel – a ésto se le llama ignorancia o mala leche.

  • Periodismo consensuado:

El pasado jueves 12 diarios catalanes publicaron un editorial conjunto en defensa del Estatut. Claro está que las adhesiones, desde Cataluña, a dicho editorial han sido masivas: grupos polí­ticos, sindicatos, la patronal, becarios de la polí­tica metidos a presidentes de fútbol, emisoras de radio… No entraré a valorar el contenido del editorial, en el tí­tulo del post sólo hablo de ignorancia y consenso no de presión, pero sí­ el hecho de publicar el mismo editorial por varios medios. Las distintas y diferentes lí­neas editoriales, hablo de las independientes, de las cabeceras que se publican permiten tener diversidad de opiniones y eso, precisamente, enriquece el mundo periodí­stico y lleva a la práctica la libertad de expresión, cuando la lí­nea editorial es la misma en todas ellas sobran cabeceras y, por extensión, periodistas que se dejan influir (mediante las «subvenciones» en forma de publicidad institucional del Gobierno catalán), o quieren influir (supongo que para sacar tajada). Siempre nos hemos refugiado en el cuarto poder (periodismo) frente a las tropelí­as, desmanes e injusticias de los otros poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) pero ahora… ¿qué nos queda?

  • Periodismo peligroso:

Para este caso os dejo un enlace a «la bitácora de Arí­stides»: Diego no mató a Aitana.

Viñeta: La Trinchera