Rafael Molina Sánchez «el Lagartijo» fue un torero cordobés considerado el mejor de la década 1875-1885. Fue el primer califa de la tauromaquia cordobesa. Tras una tarde triunfal se encontró en una tertulia con uno de sus máximos admiradores, Francisco Romero Robledo (ministro durante el reinado de Amadeo I, Alfonso XII y la regencia de Marí­a Cristina), y éste le dijo:

Puedes estar orgulloso, Córdoba tiene dos personajes excepcionales: Tú y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.

Lagartijo se quedó pensativo y le preguntó:

Gracias don Francisco, pero no me salen las cuentas. A ver Gonzalo Fernández de Córdoba y yo… somos dos, pero ¡se deja usted al Gran Capitán!

Como decí­a el Cordobés «mas cornás da el hambre».

Fuente: El parche de la Princesa de éboli Mª Pilar Queralt