En la Historia de España, y en la universal, existen muchos héroes anónimos que deberí­an tener un lugar en nuestro recuerdo. En esta ocasión son unos héroes un tanto «especiales»; Leoncio y Becerrillo eran perros alanos.

Hay múltiples testimonios de perros que fueron utilizados por los conquistadores de América, contra los propios indios y contra revueltas de esclavos. Los perros ya existí­an en América pero, según las crónicas de la época, los del viejo continente eran mas ruidosos – ladradores – y más agresivos que los autóctonos. Si respecto a los caballos el asombro de los indios eran por no conocerlos, respecto a los perros eran por su fiereza.

Becerrillo siempre iba con su amo Alonso de Salazar, explorador y conquistador español que fue el primer europeo en ver, pero no colonizar, las Islas Marshall. Sufrió varias heridas de guerra producidas por las flechas de los indios y falleció en «acto de servicio» cuando le atravesó una flecha envenenada. Para mantener la leyenda, y el miedo que producí­a a los indios, fue enterrado en algún lugar secreto y se ocultó su muerte.

Leoncio acompañaba a Nuñez de Balboa, explorador español que descubrió el océano Pací­fico cruzando Panamá. Veterano en muchas batallas tuvo una muerte menos honrosa que Becerrillo, ya que fue envenenado por lí­os de faldas. Además de ser un buen «guerrero» era un fiel defensor de la «honra» de la india Caretita, amante de Balboa. Esta muchacha era pretendida por un marinero español, pera el perro no le dejaba acercarse a ella. Así­ que, lo envenenó.

Fuentes: El reverso de la Hisoria – Pedro Voltes y Una historia sobre el perro Becerrillo.
Imagen: Loyalheart SBT’s