En el siglo XVI, con una Europa desangrada por los enfrentamientos religiosos entre protestantes, católicos y anglicanos, Erasmo de Rotterdam, desencantado del rumbo que tomaba el mundo y abandonando la lucha dialéctica, escribí­a:

Los reyes hacen guerras, los sacerdotes tratan con celo de incrementar su riqueza, los teólogos inventan silogismos, los monjes recorren el mundo, los comunes causan disturbios y Erasmo escribe coloquios.

Si retocamos alguna cosilla, se podrí­a aplicar al desencato generalizado que impregna nuestro mundo.