Debido a los problemas entre la los habitantes (judí­os y árabes) de la ciudad de Jafo y las pésimas condiciones de vida, sesenta familias judí­as decidieron construir un nuevo barrio en la costa mediterránea (futuro Tel Aviv, que significa «la colina de la Primavera«).

En abril de 1909, los terrenos adquiridos por la cooperativa Ahuzat Bait, constituida por las sesenta familias y que dio nombre originalmente al barrio, decidió repartir las parcelas mediante un «sorteo«. Akiva Arieh Weiss, director del comité encargado del sorteo recogió 60 conchas grises y 60 conchas blancas de la playa. En las blancas figuraba el nombre de cada familia y en las las grises los números de las parcelas; fue el primer paso hacia la construcción de lo que se conoce hoy como «la primera ciudad hebrea«.

Los disturbios ocurridos en Jafo, en 1920, entre árabes y judí­os empujaron a muchos de éstos a trasladarse a la vecina Tel Aviv. Poco más tarde, las autoridades británicas, que ostentaban el Mandato de Palestina tras la Primera Guerra Mundial, concedieron el autogobierno a Tel Aviv.

El 14 de mayo de 1948, en el Museo de Tel Aviv, mientras Jerusalén estaba sitiada por las tropas de la Legión Árabe, el entonces lí­der de la comunidad judí­a en el paí­s, David Ben Gurion -quien se convirtió en el primer ministro- declaró la independencia del Estado de Israel y Tel Aviv su capital.

La prohibición de instalar industria en la zona originaria del barrio, hizo que se expaniese por el norte la zona residencial y por el este la industrial. Este rápido crecimiento engulló a Jafo y en 1950 se unificaron, pero se designarí­a Jerusalén como la nueva capital.

Tel Aviv

A fecha de hoy, es el centro neurálgico, económico y cultural del paí­s. Así­ como, la ciudad más cara en el Oriente Medio, la 14ª más cara del mundo y, desde abril, ciudad centenaria.

Fuente: Revista Horizonte

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