«La catástrofe de Ribadelago» era el titular del periódico «La Vanguardia» el 13 de enero de 1959 (aunque desastre se produjo el dí­a 9 de enero a las 24 horas)

Vanguardia Ribadelago

La compañí­a hidroeléctrica Moncabril había sufragado la construcción de la presa de la Vega de Tera ya que posteriormente sería quien explotaría la central hidroeléctrica. Más de 1300 trabajadores fueron empleados en su construcción por un salario miserable (9 pesetas/dí­a) en condiciones dantescas. En septiembre de 1956, en plena fiebre de los pantanos, Franco inauguraba la presa.

Presa Tera Datos técnicos:

  • Capacidad: 8.000.000 m3
  • Contrafuertes: 28
  • Aliviadores: 300 m3/sg.
  • Presupuesto: 26.700.469 ptas.
  • Altura: 32,5 m
  • Longitud: 300 m.

Tras varios dí­as de intensa lluvia la presa estaba al borde de su capacidad y la temperatura rondaba los – 18º. En la medianoche del 9 de enero de 1959 la presa se rompió liberando casi ocho millones de metros cúbicos de agua. Una ola gigantesca arrastró todo a su paso (tierra, rocas, vegetación…), cuando llegó al pueblo de Ribadelago (Zamora) alcanzaba los 10 metros de altura.

 

Mapa

 

Presa Rota

Muchos de los vecinos dormí­an y nada pudieron hacer. Los supervivientes cuentan que el único recuerdo que tienen de ese momento es ruido, mucho ruido. El tendido eléctrico cayó y el pueblo se sumió en la oscuridad. Los que pudieron escapar se refugiaban en los tejados, en las zonas más altas del pueblo, en el campanario de la Iglesia, donde podí­an para evitar ser engullidos por el agua. Algunos protagonistas:

  • Felipe (3 meses) pudo ser rescatado por su padre (que habí­a quedado ciego en la construcción de la presa); su madre consiguió hacer un boquete en el tejado y sacar a su marido y a Felipe. Ella no pudo salvarse.
  • Romualdo y Gloria se casaron poco más tarde, pero sus padres no pudieron asistir a su boda. Los cuatro desaparecieron.

De los 516 habitantes con los que contaba Ribadelago, 144 fallecieron (14 familias en su totalidad) y de éstos sólo se pudieron recuperar los cuerpos de 27 de ellos, recuperados de entre los escombros o devueltos a la superficie por el lago Sanabria, donde desembocó la enorme riada:

  1. Serafina Otero Otero
  2. Paula Ballesteros Vidal
  3. Martí­n Rodrí­guez Puente
  4. Martí­n Parra Parra
  5. Ramona Parra Fernández
  6. Antonio Parra Puente
  7. Alfonsa Otero Fernández
  8. Valentí­n Otero Fernández
  9. Felicidad Fernández Otero
  10. Leonor Fernández Parra
  11. Marí­a Isabel Parra Fernández
  12. Francisco Parra Fernández
  13. Jesusa Otero Fernández
  14. Clementina Puente Otero
  15. Santiago Fernández Alonso
  16. Francisca San Román Alonso
  17. Ángel Fernández Fernández
  18. Francisco Alonso Otero
  19. José Luis Parra Puente
  20. Francisca Fernández Rodrí­guez
  21. Jesús Aragón Santos
  22. Ana Dí­ez Ramos
  23. Ana Marí­a Aragón Dí­ez
  24. Ángela San Román Proy
  25. Manuela Fernández Otero
  26. Isabela Martí­n Gómez
  27. Rosa Isabel Gutiérrez Martí­n

Sólo fueron suficientes 15 minutos para producir tal catástrofe.

Vacas

 

Ni%C3%B1o

 

Iglesia

 

Ataudes

Los primeros que pudieron llegar para socorrer a Ribadelago fueron los miembros del puesto de la Guardia Civil de Pí­as, consiguieron establecer comunicación con Zamora y avisar del desastre -eran las 5 de la mañana-. Los supervivientes comenzaron a ser evacuados con camiones por el Regimiento de Infanterí­a de Zamora. Las primeras noticias llegaban sin censura, pero tras el comunicado de la BBC el Régimen trató de controlar la información. El Régimen fijó la atención pública en la solidaridad y la recaudación de fondos para los damnificados, evitando informar de la rotura de la presa (se llegó a decir que el agua habí­a sobrepasado la presa). Las muestras de apoyo llegaron de todas partes y a la recaudación de fondos contribuyeron el Banco de España (1 millón), la Iglesia (1,7 millones), recaudación del partido de fútbol jugado por el Real Madrid contra el Fortuna de Dusseldorf (1 millón) y miles de anónimos (12 millones). Otra cosa fueron las indemnizaciones del Estado:

  • Niños (hasta 25 años): 25.000 ptas.
  • Mujeres: 60.000 ptas.
  • Hombres: 90.000 ptas.

Caritas

Par recuperar muchos de los cuerpos que se habí­a tragado el lago Sanabria se utilizaron buzos de la Marina. Uno de los buzos que participó fue el escritor Alberto Vázquez-Figueroa.
Buzo

En lugar de reconstruirse el pueblo en su ubicación original se eligió un nuevo emplazamiento, conocido como Ribadelago Nuevo -oficialmente se llamó Ribadelago de Franco-.

Se nombró perito para la investigación al ingeniero Eduardo T. Miret. En su informe inacabado (falleció el 21-6-1961) apuntaba varias causas como posible rotura de la presa: deficiente construcción por los materiales empleados, distintos comportamientos de contracción a muy bajas temperaturas del hormigón y el granito, fisuras en la presa, grandes precipitaciones de agua y nieve los días anteriores, los encargados de abrir la compuerta no pudieron acceder a ella por el mal tiempo -solamente se abrió 25 cm. en la tarde del dí­a 8-, etc. El juicio sobre la tragedia de Ribadelago se celebró los dí­as 11-15 de marzo de 1963 en Zamora. La empresa Hidroeléctrica Moncabril (años mas tarde fue absorbida por Unión Fenosa) fue condenada a pagar 19.378.732 ptas. Al fallecer familias enteras y emigrar muchos vecinos, parte de las indemnizaciones jamás se pagaron. La conclusión fue que las deficiencias en la construcción por los materiales empleados, las bajas temperaturas y las fuertes precipitaciones fueron los responsables de la rotura de la presa de Vega de Tera. Los tribunales condenaron al entonces gerente de la empresa, a dos ingenieros y a un perito como responsables directos de las obras a un año de prisión menor por un delito de imprudencia temeraria. Recurrieron la sentencia condenatoria, el recurso fue admitido y fueron indultados.

 

Homenaje

Escultura en homenaje de las ví­ctimas (elmundo)

Fuentes: albergueria (información y fotos),  dfsandin (información) e infograficaymas (gráfico interactivo).