Con el estreno de la pelí­cula «Operación Valkiria» de Tom Cruise ha vuelto a la actualidad cinematográfica, si alguna vez se fue, la Segunda Guerra Mundial y el intento de asesinato de Hitler.

Esta intentona fue la que más cerca estuvo de conseguir su objetivo, pero hubo otras muchas. Vamos a detallar alguanas de ellas:

  •  El sexto sentido del Führer: en 1936 Hitler se desplazó en tren para asistir a un funeral por la muerte de varios marinos muertos en la Guerra Civil española. El tren circulaba a 125 Km/h para poder cumplir con los horarios previstos, pero Hitler hizo disminuir la velocidad a 80 Km/h. A regañadientes el maquinista lo hizo y al cabo de unos minutos el tren freno en seco. El tren chocó contra un autobús que se habí­a saltado un paso a nivel. Hubo muertos y heridos entre los ocupantes del autobús, los viajeros del tren no sufrieron ningún daño. Si el tren hubiese seguido a esa velocidad habrí­a descarrilado. En otra ocasión, circulaba con su chófer de Berlí­n a Munich. En medio de una fuerte tormenta se encontraron a un individuo en la calzada. El chófer detuvo el vehí­culo para ayudarle pero Hitler le ordenó arrancar y salir pitando. Se escucharón 3 disparos, cuando llegaron a su destino comprobaron que habí­an impactado junto a la ventanilla.
  • Un estudiante suizo: Maurice Bavaud era un estudiante de teologí­a suiza que temí­a por la independencia de suiza – y de la humanidad- y decidió salvar a su pueblo matando a Hitler. En unas vacaciones se desplazó a Alemania a visitar a un familiar, Leopold Gutterer, que trabajaba en el Ministerio de Propaganda. Se gano el respeto de su tí­o asegurando ser un ferviente seguidor del lider nazi. Pasados unos dí­as se hizo con un arma y con el calendario de actos públicos de Hitler. En noviembre de 1938, tras conseguir un pase de prensa en un acto en Munich, tení­a todo preparado para acercarse y disparar, pero el gentí­o le impidió llegar hasta él y poder disparar con un mí­nimo de seguridad de hacer blanco. Tras otro intento fallido decidió regresar a Suiza para conseguir más dinero y volver. Aquí­ cometió su gran error, en un control rutinario le descubrieron sin un pase válido. Tras someterlo a interrogatorios confesó su intento de asesinato y fue juzgado y condenado a pena de muerte. Tras la guerra su familia consiguió rehabilitar su nombre y hoy se le venera en Suiza.

Maurice Bavaud

  • El carpintero solitario: el carpintero Georg Elser estuvo muy cerca de conseguirlo. Era un hombre que pasaba desapercibido, su única incursión en la polí­tica era que habí­a pertenecido al sindicato comunista de carpinteros. Pero la limitación de libertades y el deterioro del nivel de vida de la clase obrera le hicieron replantearse su postura. Eligió el 8 de noviembre de 1939, ya que se reunirí­an en Munich el Führer y los altos mandos del partido nazi. Como Elder habí­a trabajado en un taller de relojerí­a tení­a ciertos conocimientos que le ayudarí­an a preparar una bomba. Durante un tiempo estuvo perforando una parte del estrado donde Hitler darí­a su discurso, terminado el agujero colocó la bomba y la preparó para que estallase a las 21,20 horas (el discurso de Hitler le llevarí­a la estrado desde las 20,30 hasta las 22,00). Otra vez la suerte de Hitler hizo presencia, comenzó el discurso antes y cuando la bomba explotó Hitler ya se habí­a ido. Tras atar cabos, varios interrogatorios a testigos y un control rutinario fronterizo dieron con Elder. Ni el propio Hitler creí­a que un simple carpintero, sin ayuda, pudiese perpetrar aquel atentado, por lo que el carpintero fue torturado para que confesase el nombre de sus cómplices. Fue tratado como prisionero «especial», pero en 1945 (poco antes de acabar la guerra) fue ejecutado.

Georg Elser

éstos no fueron los únicos intentos de matar a Hitler, pero sí­ fueron tres de los más significativos. Aunque ninguno estuvo tan cerca como el coronel Van Stauffenber.

Fuente: Operación Valkiria – Jesús Hernández. Fotos: Wikipedia

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