• La tradición de las uvas: esta tradición poco tiene que ver con motivos religiosos, sino más bien con intereses económicos. Es propia de nuestro paí­s y su origen se remonta a al año 1909. En este año hubo excedente de uvas y a unos viticultores alicantinos se les ocurrió esta idea para dar salida a su excedente. Su idea cuajó.
  • Villancicos: el término «villancico» deriva de la denominación (villanos) dada a los habitantes de las villas, para diferenciarlos de los nobles o hidalgos. En España, el origen de los villancicos se halla en una forma de poesí­a preferentemente cultivada en Castilla, parecida al zéjel. Esta es una forma de composición o métrica popular de los musulmanes españoles. Antes de denominarse villancicos, recibieron también los nombres de «villancejos» o «villancetes».
  • Flor de Pascua (Ponsetia): es la planta representativa de la Navidad y tiene su origen en México.
  • Pavo en Nochebuena: el pavo llegó a Europa procedente de México, en el primer tercio del siglo XVI. Fue un recuerdo que trajo Hernán Cortés del Nuevo Mundo después de que los aztecas se lo dieran a probar. Allí­ era conocido con el nombre de guajalote.
  • Roscón de Reyes: este dulce, uno de los más antiguos de Navidad, tiene un origen pagano. El Imperio Romano celebraba la llegada del año nuevo el 1 de marzo. Los romanos atendí­an a las leyes del tiempo, porque al llegar la primavera desbordaban de vida árboles y plantas, y la luz aumentaba, lo que hací­a creer que comenzaba un nuevo ciclo anual. En aquellos tiempos, desde mediados de diciembre a finales de marzo tení­an lugar las fiestas de invierno, durante las cuales Roma celebraba la protección de sus dioses. Años más tarde la Iglesia logró cristianizar esas fiestas paganas superponiendo la fecha del nacimiento de Cristo al solsticio de invierno. Con motivo de aquellas fiestas se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel que se repartí­an entre plebeyos y esclavos. En su interior se introducí­a una haba seca y al afortunado al que tocaba la legumbre era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo. Hacia el año 1000 la Iglesia habí­a logrado transformar el espí­ritu primitivo de la fiesta de tal modo que en diversos lugares de Francia la figura del «rey haba» recaí­a sobre el niño más pobre de la ciudad. Felipe V importó en España esta tradición del rosco como culminación de las fiestas de Navidad, desprovisto de todo simbolismo y cubierto de frutas escarchadas con alguna sorpresa escondida en su interior.
  • Turrón: durante un tiempo, los italianos defendieron la comarca de Cremona como cuna del turrón, aunque estudios posteriores dieron la paternidad a los árabes instalados en España. El primer documento escrito sobre el turrón data de 1603, y en él se describe cómo en la localidad de Jijona se fabricaban turrones.
  • Adornos del árbol: las bolas, estrellas o herraduras que cuelgan hoy de los árboles de Navidad representan las antiguas piedras, manzanas u otras cosas que adornaban antes el roble. Cada uno de estos objetos tiene un significado. Las bombillas eléctricas que han sustituido a las velas simbolizan la luz del mundo. Dicen que las herraduras que traen buena suerte. Las piñas son sí­mbolo de inmortalidad. Las campanas muestran la alegrí­a navideña. Las manzanas o bolas de navidad representan la abundancia y la estrella del árbol representa la estrella de belén.
  • Aguinaldo: es costumbre de dar aguinaldo por Navidad. Tradicionalmente se les regala a servidores públicos y privados: basureros, carteros, guardias, sirvientes, etc. significa regalo o propina o forma de felicitar la Navidad. En España fueron prohibidos en el siglo XIV, otra forma de hacer lo mismo es cantar villancicos a los vecinos a cambio de alimentos o monedas.
  • Cesta de navidad, la paga extra, las loterí­as y las rifas: la cesta de Navidad, la paga extra, las loterí­as y las rifas son la representación más moderna del tradicional aguinaldo. La cesta de Navidad tiene sus raí­ces en las canastillas que usaban antes los campesinos para entregar los aguinaldos. Las rifas existen desde hace mucho tiempo y es otra forma de conseguir dinero. En España en 1857 se decretó que todas las rifas se sortearan con los números premiados en la loterí­a nacional. Los primeros sorteos de la loterí­a de Navidad y Reyes fueron en 1812 y 1942 respectivamente.
  • Muérdago y acebo: dicen que el muérdago aporta suerte y fertilidad y ésa es la razón por la que se colocan ramitos de estas plantas en los marcos de las puertas y en las ventanas. La tradición dice que si dos personas se encuentran en una puerta sobre la que hay acebo o muérdago deben besarse. Esta tradición procede de los paí­ses del norte de Europa. En Estados Unidos se puso de moda en el siglo XIX. En España tiene poca tradición pero en Latinoamérica tiene más.
  • Regalos: con los aguinaldos como antecedentes, los regalos de Navidad se han convertido en el aspecto más popular de estas fiestas, trascendiendo su sentido religioso. Según los paí­ses los regalos pueden ser traí­dos por los Reyes Magos, Santa Claus o el mismo Niño Jesús.
  • Ropa interior roja: el origen de esta tradición no es del todo cierto, pero realmente deberí­amos desplazarnos en tiempos de la Edad Media, cuando realmente casi todo estaba prohibido y sobre todo en las clases mediana o baja. De hecho en la antigüedad siempre se habí­a relacionado el color rojo como el sí­mbolo del demonio, la sangre y la brujerí­a. Por esta relación incluso llego a prohibirse la plantación y consumo de productos de color rojo (tomates, pimientos,..) y el vestirse con indumentarias rojas. De hecho en invierno cuando todo parece estar parado o muerto por las heladas, el color rojo es un sí­mbolo de sangre y de vida, pero como estaba prohibido y la gente creí­a que el llevar un sí­mbolo de vida traí­a buena suerte, en el momento en que el sol empezaba su nacimiento dando señales de vida, optaron por llevar ropa de color rojo, pero que realmente no estuviese a la vista, quedando de esta forma la tradición establecida hasta nuestros dí­as.
  • Tarjetas de Navidad: en 1831, un diario de Barcelona quiso poner en marcha la técnica de la litografí­a felicitando la Navidad a sus lectores. Rápidamente se extendió la costumbre de felicitar las fiestas mediante una de estas litografí­as. A partir de 1870 se introdujo el color en las felicitaciones. La confección del primer Christmas suele atribuirse al londinense sir Henry Cole, quien en 1843, al carecer de tiempo para escribir las cartas de felicitación a sus amigos, encargó a una imprenta una tarjeta con el mensaje «Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo».

Fuente: Wikipedia y elalmanaque