Hipatia nació en Alejandrí­a (Egipto) en el 370. Era hija de Teón, un renombrado filósofo y matemático de la época que trabajó en el museo fundado por Tolomeo. No era lo más común, pero Teón quiso que su hija siguiera sus pasos. Su formación se desarrolló, principalmente, desde el propio Museo de Alejandrí­a y llegó a convertirse en una autoridad en los campos de la filosofí­a (platónica) y de las matemáticas. En el 400 su conocimiento era tal, que la nombraron directoras del Museo, al que en ese momento pertenecí­a la Biblioteca, el lugar que más ha almacenado el saber humano en toda nuestra historia.

Durante la época de Hipatia, Alejandrí­a traspasaba un momento sumamente conflictivo, los cristianos se hací­an fuertes y comenzaron a acorralar a los paganos. La pobre Hipatia (que era pagana) se vio envuelta en una lucha de intereses económicos y religiosos entre el Emperador y el Patriarca de Alejandrí­a. Se le acusó de ser la instigadora de estos conflictos.

Un dí­a, en medio de la calle, un grupo de fanáticos (cristianos) la golpearon y arrastraron por la calle hasta la catedral de Alejandrí­a. Allí­, tras desnudarla, la golpearon con tejas hasta descuartizarla (otras fuentes dicen que le arrancaron la piel a tiras con conchas marinas), y sus restos fueron paseados en triunfo por la ciudad para luego quemarla.