Hoy en dí­a el uso de los números romanos está limitada a ciertos campos:

  • relojes
  • enumerar volúmenes, capí­tulos y tomos de una obra.
  • nombres de papas, reyes y emperadores.
  • actos y escenas de una obra de teatro.
  • en la designación de congresos, olimpiadas, asambleas, certámenes, etc.

Inicialmente sólo utilizaban el sí­mbolo «I» para la unidad, pero cuando habí­a que representar grandes cantidades (IIIIII…) uno se hací­a un lí­o. Así­ que, los romanos que eran muy listos (cómo si no habrí­an conseguido el Imperio Romano) decidieron tachar un palote con una raya inclinada (X) para representar a diez. ¿Y para el cinco?; fácil, como cinco es la mitad de diez, le pegamos un tajo por el medio a X y lo convertimos en V, y ya tenemos cinco.

Un cornudo equivalí­a a 400. El gesto que hacemos cuando extendemos el dedo meñique e í­ndice y los dos del medio los dejamos flexionados es un cornudo, pues bien, este gesto hecho con la mano derecha representaba 400 y con la mano izquierda eran cuatro.

Esto son 400 (mano derecha)

Como decí­a Asterix Obélix:

están locos estos romanos.

Fuente: El Club de la Hipotenusa – Claudi Alsina

Foto: Hijos de Caí­n