El 25 de enero de 1988 el matrimonio Lonergan, Tom y Eileen, salieron a practicar buceo en la Gran Barrera de Coral, a 25 millas de la costa de Queensland (Australia). El grupo estaba formado por 26 personas. Estuvieron haciendo varias inmersiones y a media tarde, sobre las tres, hacen su última inmersión. Cuando emergen a la superficie el barco habí­a desaparecido.

Gran Barrera de Coral

Un error a la hora de contar el grupo hace que Geoffrey Nairn, capitán del barco, mande poner rumbo a tierra (nadie del grupo ni de la tripulación los echa en falta). Tras dos dí­as el capitán del barco descubre una bolsa con pertenencias de algún turista. Cuando la abre encuentra el pasaporte y la billetera de Tom Lonergan. Extrañado, porque nadie lo ha reclamado, se pone en contacto con el hotel de los Lonergan. Allí­ nadie los ha visto hace dos dí­as. Se prepara un grupo de búsqueda pero no aparecen.

Tras 48 horas en el mar, con un calor sofocante y sin agua, la muerte por deshidratación era segura (o quizás los tiburones). El caso es que nunca aparecieron.

Para las empresas turí­sticas de la zona era un gran palo y, viendo amenaza su fuente de ingresos, comenzaron a difundir rumores sobre una posible desaparción preparada o de un suicidio. El caso es que durante la investigación no se produjeron movimientos en sus cuentas y aunque algunos testigos aseguraban haberlos visto después, nunca se pudo confirmar.

En noviembre de 1999, se juzgo a Geoffrey Nairn  por homicidio y fue absuelto. Su empresa, Outer Edge Dive, fue juzgada por un tribunal civil en Queensland y se declaró culpable de negligencia (con su correspondiente multa). Las declaraciones del capitán restaron credibilidad a los rumores y sentenció:

«La mayor probabilidad es que Tom y Eileen estén muertos».

Pero esto no quedó aquí­, la industria de Hollywood utilizó esta tragedia para rodar la pelí­cula OpenWater.

Para saber más:  Outside

Foto: Wikipedia