Túbal fue el primer habitante de la pení­nsula ibérica.

Nieto de Noé, considerado el primer rey de España en la obra de autores como el Padre Juan de Mariana (Historia General de España):

«Túbal, quinto hijo de Jafet y nieto de Noé, fue el primer hombre que vino a España. Después del diluvio universal, se contaban 131 descendientes de Adán, nuestro primer padre, que se esparcieron por la Tierra.«

También ha habido autores, como el tí­tulo del post, que han utilizado su figura para reforzar el particularismo vasco, al considerarlo introductor en la Pení­nsula de la ley (fuero), del idioma (Euskera) y de la religión monoteí­sta, legado perdido a causa de posteriores invasiones de otros pueblos y que sólo habrí­a quedado salvaguardado en Euskadi.

Pero gracias a Dios, supongo que será así­, en el renacimiento español ya hubo voces disidentes de esta teorí­a, como Antonio Nebrija, pero nos apoyaremos en uno de los literatos más grandes para aportar un poco de cordura y crí­tica sibilina, don Francisco de Quevedo. Muchos apoyan que Túbal fundó las ciudades de Tudela y Setúbal y que recibió, en esta última, la visita de su abuelo Noé para ver como gobernaba a sus pobladores. Noé habrí­a fundado las ciudades de Noela y Noega. Quevedo siguiendo estos argumentos etimológicos sentencia que Odom «una triste y moderna aldea a tres leguas de Madrid» fue fundada por Adán(en hebreo Adam y en siriaco antiguo Odom), y todaví­a va más allá, «el Pardo, huerta y bosque de los reyes de Castilla» el enclave del paraí­so.